(AZprensa) El
campo de la Medicina, o sea de la “Midicina”, es muy amplio en Daimiel
(Ciudad Real) y existen numerosos términos relacionados con esta materia. Sus
principales agentes son el “meidico”, es decir, el médico, que es quien
te receta “pinicilina” (término genérico para designar a cualquier
antibiótico), el “boticario” (farmacéutico) y el “platicante”, o
sea, el profesional de enfermería que te pondrá la “indición”, esto es,
inyección.
Si estás “abotargao”
es que tienes la cara congestionada, y si estás “amormao” es que tienes
la nariz congestionada. De cualquier forma esto será siempre mejor que tener
una obstrucción en el “tubillo”, que no es el tobillo sino el tubillo de
la orina, o sea, la uretra; o padecer cualquier afección de la “visícula”.
Pero la “Midicina”
en Daimiel ha incorporado una serie de conceptos a los que sólo mucho más tarde
se ha dado nombre científico. Por ejemplo, el concepto de “bullir”
(removerse, no parar quieto ni un momento) o de “rebullir” (bullir con
más intensidad) se ha definido científicamente como TDAH (trastorno por déficit
de atención con hiperactividad) demostrándose así cómo la sabiduría daimieleña
ha ido siempre por delante de la ciencia oficial. Otro tanto puede decirse del
“regüeldo” (cuando te viene a la boca una especie de eructo líquido)
definido actualmente como ERGE o enfermedad por reflujo gastroesofágico y que
se cura con omeprazol.
De siempre han
sido conocidas enfermedades como el “salampión” (el sarampión), síntomas
como la “tericia” (la ictericia) o el “tembleque” (temblor del
cuerpo causado por la fiebre), o afecciones de la piel como el “sarpullío”
(reacción alérgica de la piel) o el “escema” (eccema).
En el campo de
la psiquiatría, el estrés ya era definido hace muchos años en Daimiel como “desacarreo”
(“tengo un desacarreo mu grande”) que indicaba esa sensación de estrés que a
veces acababa convirtiéndose en “murria” una especie de tristeza y
cargazón de cabeza que hace andar cabizbajo y melancólico al que la padece y que
la psiquiatría moderna lo único que ha hecho ha sido cambiarle el nombre y
llamarla: depresión.
Y ya, si nos
ponemos en lo peor, tendríamos que hablar de “cólico miserere” que es la
causa de muerte a la que se asigna un fallecimiento cuando no se sabe cuál ha
sido la causa del mismo. Pues bien, la medicina oficial lo único que ha hecho
ha sido sustituir esta expresión por la de “parada cardiaca” o “parada
cardiorrespiratoria” para que parezca que saben de qué hablan cuando en
realidad no tienen ni idea de la causa real de la citada muerte.
El caso es que
antes lo arreglaban todo con “papelillos” (medicamento en polvo que se
dispensaba envuelto en un papel doblado varias veces), “depositorios” o “pusitorios”
(supositorios), “ablativas” ó “lavativas” (peras de goma para
introducir por el ano un líquido) o “cataplasmas” (paño húmedo con
hierbas o líquidos medicinales que se colocaban sobre la parte afectada del
cuerpo). Ahora, en cambio, como te descuides te mandan al cirujano para que te
“saje”, es decir, te corte con un bisturí, eso sí, esperemos que sea con
“anastesia”, o sea, anestesia y no quede luego un “costurón”
(cicatriz grande).
En fin, lo mejor
será que estemos sanos o como mucho “repuntaos”, es decir, con algún
leve síntoma, y que se demore todo lo posible el día que tengan que hacernos la
“utosia”, o sea, la autopsia.
Disponible en Amazon, en ediciones digital e impresa.
Más información: https://amzn.to/3qT88mu
1 comentario:
Esos términos me resultan familiares... Muy bueno!!
Publicar un comentario