(AZprensa)
Seguro que mañana viernes más de un periódico sacará esta portada o algo
parecido. Mientras uno (Rajoy) pone cara de circunstancias porque tiene que
dejar el sillón en el que había echado raíces, el otro (Zidane) sonríe porque
se quita una gran presión de encima y seguro que –aunque no lo diga- ya tiene
apalabrado su futuro en otro sitio.
De
lo que nadie dirá nada es de la cara de rabia contenida que tenía el presidente
del Real Madrid durante la rueda de prensa de despedida del entrenador, porque
no entraba en sus planes que Zidane se marchara por sorpresa y ya se sabe que a
los poderosos, a los acostumbrados al ordeno y mando, nada hay que les duela
más que ver cómo alguno de sus subordinados pasa de él y le desobedece.
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