Según el doctor Francisco Escamilla Sevilla, neurólogo
del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves (Granada),
esto significa que casi un 80% de los pacientes no está tratado con tales
terapias, y ello se debe fundamentalmente a tres motivos:
1.- Se considera al paciente ‘estable’ en la visita (en
un 36% de los pacientes).
2.- No se han contemplado tales opciones de tratamiento
(en un 25% de los casos).
3.- Están contraindicadas dichas terapias (15%), entre
otras causas”.
Por tanto, “la difusión de estos resultados puede suponer
una mejora en la concienciación de los neurólogos que tratan pacientes con
enfermedad de Parkinson, en lo que se refiere a la identificación de la fase
avanzada de la enfermedad y de aquellos pacientes subsidiarios o candidatos a
una terapia de segunda línea (TSL)”, ha declarado el doctor Escamilla. Además, “el
estudio constituye una oportunidad para los distintos Servicios de Salud a la
hora de cuantificar el impacto socioeconómico de la enfermedad de Parkinson en
esta fase, además de poder emplear este conocimiento en mejorar la cobertura de
las necesidades del paciente con párkinson y optimizar los recursos necesarios para
su atención”, ha añadido este especialista.
Los resultados de este estudio se han dado a conocer en
el transcurso de la reunión “Prevalencia e Identificación de la Enfermedad de
Parkinson Avanzada” del Grupo Andaluz de Trastornos del Movimiento.
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