(AZprensa) Los astronautas Scott Kelly y su hermano
gemelo Mark han dado un soplo de tranquilidad a todos los astronautas y a todos
los que trabajan en la carrera espacial, al demostrar que los cambios genéticos
y celulares que se producen tras una larga permanencia en el espacio son
reversibles. Esto ha sido posible gracias a su colaboración en una
investigación sin precedentes.
Scott Kelly ha permanecido 340 días (nuevo récord de permanencia
para un astronauta norteamericano) a bordo de la Estación Espacial
Internacional, mientras que su hermano gemelo ha permanecido en la Tierra. De
esta forma se han podido comparar todos los cambios genéticos y fisiológicos
producidos en ambos
Este estudio comparativo ha proporcionado la primera
visión biomolecular integrada de cómo el cuerpo humano responde al entorno de
los vuelos espaciales, y sirve como un escalón genómico para comprender mejor
cómo mantener la salud de la tripulación durante las expediciones humanas a la
Luna y Marte.
Entre lo más destacado de esta investigación se incluyen
hallazgos relacionados con los cambios en la expresión génica, la respuesta del
sistema inmunológico y la dinámica de los telómeros (importantes para la
estabilidad genómica celular), así como la observación de cromosomas rotos que
se reorganizan o los cambios en la función cognitiva:
1.- Los telómeros en los glóbulos blancos de Scott, que
son biomarcadores del envejecimiento al final de los cromosomas, fueron
inesperadamente más largos en el espacio, volviendo a la normalidad seis meses
después. En contraste, los telómeros de su hermano se mantuvieron estables
durante todo el período.
2.- El sistema inmunológico de Scott respondió
adecuadamente en el espacio. Por ejemplo, la vacuna contra la gripe
administrada en el espacio funcionó exactamente igual que en la Tierra. Un
sistema inmunológico completamente funcional durante las misiones espaciales de
larga duración es fundamental para proteger la salud de los astronautas de los
microbios oportunistas en el entorno de la nave espacial.
3.- Finalmente, mientras estaban en el espacio, los
investigadores observaron cambios en la expresión de los genes de Scott, y la
mayoría volvió a la normalidad después de seis meses en la Tierra. Sin embargo,
como un pequeño porcentaje de genes relacionados con el sistema inmunológico y
la reparación del ADN no regresaron a la normalidad después del regreso a la
Tierra, serán objetivo prioritario para nuevas investigaciones. Dicha variabilidad refleja cómo
reacciona un cuerpo a su entorno y ayudará a informar cómo la expresión de
genes está relacionada con los riesgos para la salud asociados con los vuelos
espaciales.
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