(AZprensa) El informativo sanitario "Redacción Médica" ha publicado el artículo "Directores de Comunicación prisioneros" escrito por el responsable de este ejemplo de periodismo personal e independiente que es el "Diario AZprensa". Para quienes no hayan tenido la oportunidad de leerlo en "Redacción Médica", lo ofrecemos a continuación:
DIRECTORES DE COMUNICACIÓN PRISIONEROS
DIRECTORES DE COMUNICACIÓN PRISIONEROS
“Hubo un tiempo no muy lejano, allá por los primeros años de este siglo, cuando los laboratorios farmacéuticos salieron de la caverna y comenzaron a contactar con la sociedad, a contar las cosas que hacían, cómo eran sus empresas, en qué invertían el dinero que ganaban, qué clase de avances terapéuticos habían logrado para mejorar nuestra salud... y para ello impulsaron la figura de los Directores de Comunicación.
Eran estos –por lo general- periodistas y expertos
comunicadores, y contaban con el apoyo de los presidentes de las grandes
compañías. Eso sí, todo hay que decirlo, los presidentes de las filiales
españolas les dieron un voto de confianza y libertad para desarrollar
profesionalmente su trabajo porque desde las centrales internacionales así se
lo exigían. Eran frecuentes, entonces, reuniones internacionales donde los
Directores de Comunicación de cada país compartían sus experiencias,
desarrollaban objetivos comunes, formaban un equipo dispuesto a mostrar al
público todo lo bueno que hacían los laboratorios... y dispuestos también a
atender las peticiones de los periodistas y responder de inmediato a sus
preguntas por muy comprometidas que estas fueran.
Los Directores de Comunicación escribían sus Notas de Prensa
pensando como periodistas, esto es, pensando en lo que podía interesar a los
lectores. Se prodigaban dando conferencias, escribiendo artículos, organizando
Ruedas de Prensa, Mesas redondas, gestionando entrevistas con portavoces
externos e internos y... sí, debían padecer también una censura interna. Pero
esa censura interna, vista ahora unos cuantos años más tarde, nos parece
realmente insignificante y anecdótica. Entonces, cada texto periodístico que
debía llegar a los medios de comunicación era revisado por un médico de la
compañía (lo cual es lógico puesto que ellos eran comunicadores no médicos y se
les podía colar algún error de concepto o de terminología) y, en algunos casos,
también por el propio presidente o algún otro directivo. En casi todos los
casos, quienes debían revisar el texto sabían que “actualidad” es “hoy” no
“mañana” ni “dentro de unos días” y por eso, en el mismo día o en 24 horas
máximo, el Director de Comunicación tenía el OK para lanzar al mundo ese
mensaje.
Eso era entonces. ¿Qué ha pasado hoy? Debo reconocer que me
aterra ver las Notas de Prensa que llegan a las redacciones. Detrás de ellas
seguramente hay un Director de Comunicación, pero... prisionero. Decenas de
censores han revisado previamente esos textos, los han comentado y llevado a
reuniones, los han rectificado una y otra vez, y al cabo de varios días, tal
vez más de una semana, le han dicho al Director de Comunicación “ya puedes
enviarlo”.
¿Cómo son esos mensajes?
Para empezar, un titular de más de dos líneas de texto (a
veces cuatro), incluso escrito todo en mayúsculas, con el nombre del producto
bien destacado, por supuesto, así como la última ventaja que le adorna.
Después un resumen de las dos o tres ventajas más
importantes del producto o del laboratorio, las cuales se desarrollarán más
ampliamente en el texto posterior.
Por fin llegamos al texto y allí encontramos un sin fin de
siglas, términos médicos y científicos, datos relevantes de la investigación y
conceptos estadísticos de los que usan los investigadores... todo ello en un
lenguaje que sólo los especialistas llegan a comprender plenamente. ¡Ah! ¡Y con
frecuencia cada frase va acompañada de una referencia bibliográfica que la
apoya, tal como se hace en los folletos publicitarios que se usan en visita
médica!
Finalmente, cuando creíamos que todo había acabado, aún hay
más: un amplio texto relativo a quién es ese laboratorio, relación de sus
principales marcas, cotización de sus acciones en bolsa, derechos de propiedad
intelectual, etc.
Es evidente que el Director de Comunicación no ha escrito
eso, porque “eso” no es una Nota de Prensa, es un documento propagandístico y
defensivo (no sólo uno o varios médicos lo han revisado, ni uno o varios
directivos, también lo ha revisado algún abogado). Por supuesto “eso” sólo
habla del producto y del laboratorio, no habla de lo que siente el paciente, de
lo que espera, de lo que puede aliviar su enfermedad. Todo está escrito desde
la óptica del egocentrismo, demostrando que son incapaces de hablar de tú a tú
al paciente y contarle las cosas de tal forma que pueda entenderlas. Porque un
buen periodista (trabaje para quien trabaje) debe escribir (si le dejan, claro)
para su lector, pensando en lo que le interesa a su lector, de una forma
atractiva para su lector y fácilmente comprensible.
Los Directores de Comunicación de la industria farmacéutica
–en general- hoy no pueden (no les dejan) comunicarse con el público tal como
ellos desearían, se ven obligados a ceder ante tales imposiciones de sus
superiores, e incluso, en muchos casos, su misión es la de hacer de “barrera”
para que el acoso de los periodistas en busca de noticias no alcance a los
directivos. La transparencia informativa de la industria farmacéutica ha vuelto
a quedar encerrada en la caverna”.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
Fuente.- “La Comunicación en Medicina”: https://amzn.eu/d/hjFKPvP
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