(Diario El Inefable) Hace 20 años un antihipertensivo de la
familia de los ARA II (agonista de los receptores de la angiotensina),
candesartán, fue el primero de su clase en ser aprobado para su uso en
insuficiencia cardiaca al reducir significativamente la mortalidad
cardiovascular y el infarto de miocardio no fatal en los pacientes con insuficiencia
cardiaca. La doctora Catherine Demers, de la Universidad McMaster, de Ontario
(Canadá), comentó al respecto que “se puede evitar una muerte o un ataque
cardiaco por cada 40 pacientes tratados con candesartán durante tres años”, de
ahí que estuviese justificado su empleo “en un amplio espectro de pacientes con
insuficiencia cardiaca, incluidos aquellos que reciben un tratamiento estándar
óptimo”. Los datos de ensayos clínicos aportados para lograr su aprobación
señalaban a este antihipertensivo como el primero de su clase que había demostrado reducir tanto la
mortalidad como los ingresos hospitalarios por insuficiencia cardiaca en
pacientes con insuficiencia cardiaca crónica y disfunción ventricular
izquierda, independientemente del tratamiento previo.
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