(AZprensa)
Gracias a los análisis de los múltiples datos y fotografías enviados por la
sonda espacial Juno, vamos conociendo poco a poco algo más de este planeta, en
concreto de su tormentosa capa de nubes ya que hasta el momento ha sido
imposible profundizar en su atmósfera.
Para
explicar las imágenes de su superficie, valga de ejemplo esta imagen tomada a
7.900 kilómetros de altura, la cual corresponde al cinturón templado norte de
Júpiter, esa banda naranja rojiza que queda en el centro. Dicha banda gira en
la misma dirección que el planeta y es de carácter ciclónico, observándose en
la misma dos anticiclones de color gris.
A
la izquierda del cinturón hay una banda más brillante (la zona templada norte)
con nubes altas cuyo relieve vertical se ve acentuado por el ángulo bajo de la
luz solar. Es probable que estas nubes estén hechas de cristales de amoníaco y
hielo, o posiblemente una combinación de hielo amoniacal y agua. Aunque la
región en su conjunto parece caótica, hay sin embargo un patrón alterno de
características rotatorias y de color más claro en los lados norte y sur de la
zona.
Los
científicos piensan que las regiones oscuras a gran escala son lugares donde
las nubes son más profundas, en base a las observaciones infrarrojas realizadas
por el instrumento JIRAM de Juno y las observaciones de soporte realizadas
desde la Tierra. Esas observaciones muestran emisiones térmicas más cálidas y,
por lo tanto, más profundas de estas regiones.
A
la derecha de la zona brillante, y más al norte del planeta, la sorprendente
estructura de bandas de Júpiter se hace menos evidente y se puede ver una
región de ciclones individuales, intercalados con anticiclones más pequeños y
más oscuros.
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