(AZprensa)
“Hasta ahora el hipoparatiroidismo era el único déficit hormonal que no se
trataba reemplazando la hormona que falta. Si bien es cierto que la mayoría de
los enfermos están bien controlados con el tratamiento habitual a base de
calcio y vitamina D, hay un pequeño porcentaje que se escapa y que necesitan
algo más”, ha explicado el doctor Dr. Juan Carlos Galofré Ferrater,
especialista en endocrinología y nutrición la clínica Universidad de Navarra.
El
hipoparatiroidismo se produce cuando las glándulas paratiroideas no segregan, o
lo hacen de modo insuficiente, la hormona paratiroidea (PTH), lo que origina un
desequilibrio del metabolismo óseo mineral en el organismo que se manifiesta con
concentraciones bajas de calcio (hipocalcemia) y concentraciones elevadas de
fósforo (hiperfosfatemia) en la sangre. Como explica el Dr. Sitges Serra, Jefe
del Departamento de Cirugía y de la Unidad de Cirugía Endocrina del hospital
del Mar de Barcelona “el 80-85% de los hipoparatiroidismos permanentes son de
causa quirúrgica y se dan, fundamentalmente, tras intervenciones de
tiroidectomía total y, menos frecuentemente, tras cirugía de las glándulas
paratiroides o de la laringe. Es una complicación que puede darse tanto tras
cirugía primaria como en reintervenciones por recidivas de cáncer de tiroides o
de bocio multinodular”.
En
este sentido, el Dr. Sitges ha destacado que el hipoparatiroidismo permanente
necesita una estricta adherencia por parte del paciente a la medicación que se
le prescribe, controles médicos regulares, además una buena comprensión de su
patología. “Sin estas premisas, la vida del paciente se puede ver seriamente
perjudicada por los altibajos de las concentraciones de calcio en sangre que
son causa de síntomas molestos y potencialmente graves como, rampas, mareos,
hormigueos, cansancio, etc.”, ha añadido.
Asimismo,
dado que la gran mayoría de hipoparatiroidismos permanentes son secundarios a
cirugía del tiroides, el Dr. Sitges ha insistido en la necesidad de que los
cirujanos mejoren su técnica quirúrgica y que, poco a poco, las unidades
especializadas en Cirugía Endocrina se hagan cargo de este tipo de
intervenciones. “Solo centralizando las tiroidectomías totales en unidades con
un alto volumen de pacientes y con cirujanos debidamente entrenados,
conseguiremos reducir la prevalencia de esta complicación que es, a fin de
cuentas, la manera más racional de abordar el problema”, ha declarado.
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