lunes, 15 de marzo de 2021

Cómo compensar las comidas de viaje

(AZprensa) Aquí no nos referimos a las comidas que se hacen a diario durante el tiempo destinado a comida en la jornada laboral, ni a las que la empresa paga a los que participan en una reunión de trabajo, sino a esas otras que a modo individual tienen que hacer los empleados cuando salen de viaje por motivos laborales. Nos fijaremos, por ejemplo, en una gran compañía farmacéutica, en donde el hecho de tener que comer cuando se está de viaje por asuntos laborales, dicho coste era asumido por la compañía, pero ¿con qué límites? En este caso, la empresa no fijaba un límite máximo sino sólo pedía un gasto razonable, el cual era reflejado después al hacer el informe de gastos de viaje que incluía los desplazamientos, las comidas, y cualquier otro gasto necesario. Pero también se incluían aquí los habituales cafés o bebidas que hay que tomar cuando estás en el aeropuerto esperando que salga el avión, o en la estación de tren en idénticas circunstancias. Por supuesto que en el caso de los visitadores médicos las condiciones eran distintas, ya que estos desarrollan una labor que exige constantes viajes con sus respectivas comidas, y por eso para ellos sí se había establecido un importe fijo de dinero (dietas) para que lo destinasen como quisiesen a su manutención en tales circunstancias.
 
El permitir un “gasto razonable” significa que la compañía confía en sus empleados y cuando los empleados notan esa confianza se sienten más motivados y mejora su rendimiento laboral. ¿…Que puede haber excepciones y algún caradura se pase de la raya? Pero, para algún caso excepcional como ese ya se dispone de los informes de gastos mensuales que debe aprobar cada superior.
 

Fuente: “El legado farmacéutico de Alfred Nobel”, de Vicente Fisac. Disponible en Amazon, en ediciones digital e impresa.

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