martes, 2 de marzo de 2021

Aprender inglés es trabajar

(AZprensa) En una compañía internacional es imprescindible saber hablar inglés y en este caso –como sucede en España- el conocimiento de idiomas es una asignatura pendiente. Hace tan solo una década, ni siquiera las grandes compañías multinacionales tenían su fuerza laboral experta en inglés. En el caso de la multinacional farmacéutica para la que trabajé durante un cuarto de siglo, sólo unos pocos empleados tenían un nivel alto de inglés; la mayoría tenía un nivel medio, y alguno un nivel básico. Para todos ellos la empresa dispuso de forma permanente cursos de inglés que a lo largo del tiempo y de las particularidades de cada grupo, fueron variando en su forma e intensidad. Había clases particulares para algunos, y para otros había clases en grupos reducidos; en algunas ocasiones se concentraban todas las horas lectivas semanales en un solo día y otras veces se repartían en varias horas a lo largo de la semana. Pero había un denominador común: el tiempo que los empleados dedicasen a estas clases de inglés pagadas por la empresa, era “tiempo laboral”, es decir, siempre se impartían y contaban como tales dentro de la jornada laboral.
 
En definitiva, cuando la empresa forma a sus empleados, las horas que ocupe esa formación debe considerarse como tiempo laboral.
 

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