viernes, 5 de marzo de 2021

Beneficios emocionales: Horario flexible

(AZprensa) “No sólo de pan vive el hombre” dijo Jesús según recogen los Evangelios. “No todo es dinero en esta vida”, se dice popularmente. Y es que el dinero no lo es todo en esta vida aunque sea muy importante; pero cuando las necesidades básicas están cubiertas las personas buscamos otra serie de factores emocionales que nos hagan sentir bien en nuestro lugar de trabajo. El reconocimiento, la confianza, la delegación de responsabilidades, la motivación… son bienes intangibles que los empleados valoran muy positivamente y les influyen para permanecer en su empresa desatendiendo otras ofertas quizás mejores económicamente, o para aceptar la oferta de otra compañía aunque económicamente no suponga ninguna mejora respecto al trabajo actual.
 
Uno de los más importantes y valorados por los empleados es el del horario flexible. Veamos a modo de ejemplo, cómo se implantó en un importante laboratorio farmacéutico:
 
Se estableció un horario flexible de un par de horas tanto a la hora de entrar como de salir del trabajo, marcando simplemente unas horas centrales de la mañana y de la tarde en que se recomendaba –no era obligatorio- estar en la oficina para poder desarrollar correctamente el trabajo en equipo e interdepartamental. Este horario flexible era extensible también a la llamada “hora de la comida” que en realidad eran 45 minutos pero que se podían alargar más tiempo si le apetecía al empleado o si lo necesitaba por cualquier motivo, a cambio de recuperar luego esos minutos de más. La recuperación del tiempo de menos trabajado se podía hacer cualquier día –a elección del empleado- con tal que al final del mes el número total de horas trabajadas fuese el estipulado en el convenio. Se disponía de una tarjeta para fichar y reflejar así las entradas y salidas y, lógicamente, aquellas salidas que se hacían por motivos laborales contaban siempre como tiempo trabajado.
 
Por otra parte, en la vida personal siempre surgen imprevistos que nos obligan a ausentarnos del trabajo para resolver asuntos particulares. En la mayoría de las empresas esto suele ser motivo de conflicto, así que es bueno comprobar cómo se resolvió este asunto en un importante laboratorio farmacéutico:
 
Todos los empleados tenían libertad para tomarse algún día libre (o algunas horas) para resolver esos asuntos particulares, aunque previamente debían acordarlo así con su jefe. El tiempo de menos trabajado se podía recuperar en las semanas siguientes. De esta forma cada uno era dueño de su tiempo, el cual podía gestionar libremente, y la empresa por su parte evitaba el absentismo laboral.
 

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