(AZprensa) Si los periodistas
entienden el trauma o empiezan a entenderlo, yo creo que pueden hacer un mejor
trabajo a la hora de informar sobre los movimientos y emociones que provoca en
las sociedades y en la política. La toma de conciencia del trauma podría
mejorar el periodismo contemporáneo. Os voy a
hacer una pregunta: En los periódicos españoles de hoy y en las noticias de la
radio y la televisión de hoy ¿cuántas historias se refieren al trauma? ¿Qué
porcentaje de esas informaciones diríais que implican alguna forma de trauma
(guerra, conflicto, delincuencia, accidentes, abuso infantil, agresión...)? Yo os
desafío a que os fijéis después en las informaciones que se dan por cualquier
medio a lo largo del día y os daréis cuenta de que probablemente la mitad de
las historias, incluso más, implican un trauma en algún nivel. Si por
ejemplo se produce la explosión de una bomba en el centro de Madrid ¿en qué
dirección corren las personas sensatas? En dirección contraria, lo más lejos
posible ¿verdad? La gente correrá para alejarse todo lo posible de aquél lugar.
Pero ¿qué profesiones correrán hacia el punto donde ha explosionado la bomba?
La policía, los bomberos, el personal médico y sanitario... y los periodistas.
Pero mientras los policías, los bomberos, los trabajadores sanitarios de
emergencias, todos ellos se preparan para trabajar en estas situaciones ¿qué
formación al respecto reciben los periodistas? ¿Cuánta formación para trabajar
e informar sobre estas situaciones de trauma habéis recibido vosotros hasta
ahora? ¿Cuánto habéis pensado sobre esto en vuestros debates profesionales, en
vuestros lugares de trabajo? ¿Cuántos de los periodistas aquí presentes han
hablado del trauma alguna vez o han discutido las implicaciones y la necesidad
de formación y preparación? Yo sospecho que nada.
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