AZprensa) No nos referimos a nuestro continente sino a
uno de los mayores satélites de Júpiter
que, bautizado con el nombre de Europa,
nos muestra la superficie más lisa y uniforme (prácticamente sin cráteres ni
ningún otro accidente geográfico digno de reseñar) de todos los cuerpos
celestes de nuestro sistema solar. Toda su superficie es una inmensa capa de
hielo bajo la cual se esconde un gigantesco océano con poderosas mareas y
quizás también fuentes internas de calor, que modelan la superficie visible en
donde se aprecian en el hielo crestas y numerosas líneas de fractura. En cuanto
a otro tipo de accidentes geográficos tan solo son reseñables unos pocos –muy
pocos- cráteres de impacto, siendo los tres mayores de unos 5 Km. de diámetro.
Europa tiene un tamaño muy parecido al de la Luna, tan
sólo un poco más pequeño, con un diámetro de 3.126 Km. Orbita a 670.000 Km. de
Júpiter completando cada órbita en 3 días 13h y 12’, siendo esta casi circular.
Al igual que Europa y Ganímedes está anclado por efecto de la atracción
gravitacional de Júpiter por lo que le ofrece siempre la misma cara.
El principal componente de su atmósfera es el oxígeno y
no se descarta que en ese océano interior exista algún tipo de vida, por lo que
se ha convertido en un objetivo para próximos proyectos de investigación
espacial.
Pero conozcamos algo más de tan apasionante satélite. Es
el sexto por orden de distancia a Júpiter y se cree posee un núcleo metálico
(posiblemente de hierro y níquel) que crea un débil campo magnético, con un
cuerpo de rocas silíceas y un océano de agua salada.
Las imágenes de este satélite nos muestran una superficie
helada, prácticamente lisa (las mayores alturas son de apenas unos centenares
de metros) surcada por múltiples líneas de fractura de dicha capa de hielo bajo
la cual se esconde un océano. Dichas fracturas muestran un tono rojizo oscuro,
debido probablemente a las sales (con algún componente de hierro o sulfuro)
expulsadas a través de las fumarolas, porque ese océano global... está vivo.
Las fuerzas de marea debidas a la atracción de Júpiter e
Ío por un lado y de Ganímedes por otro, generan calor interno que mantiene
líquido ese océano. De su vitalidad da prueba el enorme cambio que representan
las mareas a pesar de que su superficie está helada: 30 metros de diferencia
entre la marea alta y la baja. Posiblemente, incluso, el interior sólido y su
capa líquida con hielo en su superficie giren a distinta velocidad, generando
así más calor y movimientos constantes de la superficie helada.
Las temperaturas en dicha superficie helada exterior
varían desde los –163º C del ecuador a los –223º C de los polos. Se estima que
la profundidad del océano es de unos 100 Km., con una capa exterior de hielo
que puede oscilar entre los 10 y 30 Km.
Pero lo más interesante de Europa nos lo ha revelado la
NASA a finales del año 2016 anunciándolo como “sorprendentes descubrimientos”.
Ya se sabía que este satélite albergaba en su interior un vasto océano de agua
salada en estado líquido, si bien el mismo estaba cubierto por una gruesa capa
de hielo. Se sospechaba que en dicho océano podría existir vida y ya se estaba
estudiando la posibilidad de enviar sondas capaces de perforar dicha capa de
hielo para poder acceder y analizar si realmente había vida en ese océano.
El descubrimiento ahora anunciado nos indica que ya no
será necesario perforar la capa de hielo porque se han observado diversas
columnas de vapor que emergen de su superficie. Pero no se trata de pequeñas
grietas por las que salga una pequeña cantidad de vapor de agua sino que estas
columnas de vapor de agua alcanzan los 200 kilómetros de altitud. Esto quiere
decir que las misiones que se envíen a Europa ya no tendrán que horadar el
hielo sino que podrán acceder directamente a ese océano. “Europa está
considerado como uno de los más prometedores lugares para encontrar vida en
nuestro sistema solar”, ha declarado el portavoz de la NASA, Geoff Yoder,
explicando que “estas columnas de vapor ofrecen un camino alternativo para
explorar el subsuelo líquido de Europa”.
Europa no es el único satélite que emite estas columnas
de vapor, ya que las mismas también se han detectado en Encélado, un satélite
de Saturno; sin embargo, en el caso de Europa las dimensiones de ese océano
interior son tan enormes que se estima que la cantidad de agua que contiene es
el doble de la que contienen todos los océanos de la Tierra juntos.
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1 comentario:
Más que "vida" en Europa, es el cuerpo más prometedor para realizar una terraformación y sostener la vida. Claro, en un futuro muuuuuyyyy lejano... tal vez unos 200 años. Primero debemos adquirir la experiencia de colonizar la Luna y Marte.
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