martes, 16 de mayo de 2023

Caminar deprisa es mejor que caminar mucho

(AZprensa) Son muchos los estudios realizados que demuestran cómo el ejercicio es bueno para la salud y, en concreto, ese ejercicio tan sencillo como el simple hecho de caminar también es bueno para la salud; pero ¿cuánto hay que caminar?
 
Investigadores de la Universidad de Sydney (Australia) y la Universidad del Sur (Dinamarca) han realizado el mayor estudio hasta la fecha para relacionar el número de pasos diarios y su influencia en nuestro estado de salud. Según dicho estudio, la cifra ideal serían 10.000 pasos al día, con lo cual se reduciría el riesgo de demencia en un 50 por ciento y el riesgo de enfermedades cardiovasculares o cáncer en un 30 o 40 por ciento.
 
Sin embargo, no todos pueden dedicar el tiempo suficiente para hacer esos 10.000 pasos al día, ni tampoco todas las personas tienen ni la misma edad ni el mismo estado físico, así que para todos nosotros hay una buena noticia que se desprende de este estudio y que también habían apuntado estudios anteriores: Más importante que caminar mucho es caminar más deprisa.
 
Como explica el profesor Tony Blazevich, experto en biomecánica de la Universidad Edith Cowan, “cuanto más fluye la sangre a través de las arterias, más se activan los procesos de autorrenovación en las arterias. El flujo sanguíneo adicional puede ser bueno para todas las partes de nuestro cuerpo: nuestro cerebro, nuestros músculos, todo".
 
Y en ese todo también está la prevención del cáncer, y es que según una teoría, los cánceres están relacionados con la inflamación, y una de las mejores formas de reducir la inflamación es el ejercicio, el cual activa las respuestas hormonales e inmunitarias de nuestro cuerpo.
 
Sabiendo, pues, que es más importante caminar deprisa que caminar mucho, queda otra duda: ¿Qué se considera caminar deprisa? Y la respuesta es muy sencilla ya que no existen tablas ni guías para determinar qué es “deprisa” y qué es “despacio” sino que es cada persona por sí misma quien lo puede determinar.
 
Está claro que caminar deprisa es muy diferente si hablamos de una persona mayor y/o en mal estado físico, que si hablamos de una persona joven y en buen estado físico. Por eso, este estudio concluye que lo importante es la “intensidad relativa”, es decir, “cuanto mayor sea el esfuerzo físico al caminar, mejor será para la salud de esa persona”. En consecuencia, se trata de que caminar nos suponga un pequeño esfuerzo para de esta forma activar nuestra circulación y poner en marcha la capacidad autorregeneradora de nuestro organismo.
 


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