La historia de Vesta ha debido ser muy accidentada, ya que también presenta varios cráteres más, entre ellos otro con 150 Km. de diámetro y 7 Km. de profundidad. Pero aparte de esos impactos procedentes del exterior, también ha tenido actividad interna. Muchos consideran a Vesta más parecido a un planeta que a un asteroide. A diferencia de estos últimos, Vesta tiene un núcleo central de hierro y níquel que al menos en el pasado generó calor e incluso actividad volcánica, así como un manto y una corteza como en la mayoría de los planetas. Y en similitud con los planetas, tiene todo tipo de accidentes geográficos tales como montañas, cañones, valles, etc.
El día en Vesta dura 5,3 horas y el año 1.326 días. Sus temperaturas ofrecen grandes variaciones según el lugar de que se trate y el momento de su órbita en que se encuentre. Por ejemplo: si bien las temperaturas medias oscilan entre –130º C y –60º C, se han medido picos en ambos sentidos que van desde –190º C a –20º C. Su albedo es de 0,4 y le cabe el honor de ser el asteroide más brillante y el único que es posible distinguir a simple vista, lógicamente cuando está en una posición más cercana a la Tierra y el cielo nocturno esté perfectamente limpio de nubes o contaminación.
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