jueves, 18 de mayo de 2023

Hígados de reno para las farmacias

(AZprensa) Börje Jalar era un farmacéutico nacido en Langträk (Suecia) en 1905, pero era también un inteligente hombre de negocios. Un día llegó a su farmacia un delegado de Astra para presentarle Hepatotal, un nuevo fármaco para combatir la anemia perniciosa.
 
Jalar se interesó por el producto y esto dio pie a una fluida conversación, en el transcurso de la cual salió a la luz el problema que tenían para obtener el fármaco, ya que para ello se necesitaba disponer de hígados de primera calidad y estos tenían que ser importados de un país tan lejano como Argentina. La elección de aquél país había estado condicionada por la necesidad de conseguir los hígados de los animales que vivieran al aire libre, no como las vacas de Suecia, que tenían que pasar la mayor parte del año en los establos para protegerse del duro y prolongado invierno sueco.
 
Entonces tuvo una idea brillante: en vez de utilizar hígados de vaca podían utilizar hígados de reno, un animal que pasa toda su vida al aire libre y que se encontraba tan sólo a unos cientos de kilómetros en el norte de Suecia. Pero aún fue más lejos, y él mismo se ofreció para conseguir personalmente todos los que necesitasen. El delegado de Astra volvió a la sede central de la compañía con esta propuesta que  rápidamente  fue aceptada. Los hígados de reno eran aún mejores que los que ellos importaban desde Argentina.
 
En 1920 Börje Jalar se equipó con sus esquís y salió de viaje hasta un lugar en que cada año se realizaba la matanza de un gran número de renos y compró cerca de 300 hígados. Consiguió gratis un lote de barriles que habían servido para transportar sacos de azúcar hasta el único comercio que había en aquél lugar, y los llenó con los hígados.
 
Aquella operación le resultó sumamente rentable: mientras que él había pagado tan sólo 0,75 coronas suecas por kilo, el precio de venta que fijó fue de 1,25. Astra no sólo aceptó aquél envío sino que se comprometió a comprarle tantos hígados como fuese capaz de suministrarle. De esta forma Jalar se convirtió en uno de los principales proveedores de la compañía. Como la matanza de los renos tenía lugar en invierno, los hígados podían viajar tranquilamente en tren, en vagones abiertos, manteniéndose congelados durante todo el trayecto, hasta llegar a su destino: el centro de producción de Astra en Södertalje.
 
En el transcurso de unos cuantos años, Jalar suministró a la compañía varias toneladas de hígados y, en 1945, su director ejecutivo, Börje Gabrielsson, le ofreció un puesto de dirección en la distribuidora farmacéutica Distra. Años más tarde se marchó a Estados Unidos y se ocupó de la producción y comercialización del anestésico Xylocaína, que constituyó también en aquél país un notable éxito.
 

Una historia de la industria farmacéutica a través de uno de sus principales laboratorios…
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