Publicidad incorrecta

(AZprensa) Revisando anuncios publicitarios antiguos, uno se encuentra con cosas como esta, auténticas salvajadas que muestran la violencia contra las mujeres como algo normal e incluso gracioso.
 
Veamos… Ahora estamos en la época de usar y tirar, y resulta más barato comprar un nuevo electrodoméstico o cualquier prenda de ropa que pagar dinero por el arreglo. Entonces, no, en aquellos años las medias –por ejemplo- eran muy caras y cuando se soltaba algún punto y se hacía una “carrera” lo normal era llevarlas a arreglar, “a coger los puntos” se decía.
 
En el presente anuncio vemos lo peor del machismo y también de la publicidad. El hombre se enfada porque la mujer le ha hecho esperar (él no hacía nada, sólo esperar, mientras ella trabajaba “cogiendo puntos a las medias”). Esa era una situación habitual, el hombre espera y la mujer trabaja.
 
Pero aquí entra en escena la publicidad (la mala publicidad) y viene a decirnos que abofetear a la mujer es normal, pero que no hay necesidad de recurrir a esto si le compramos “My Lady”, el líquido que evita que se corran los puntos de las medias, y así ella estará siempre dispuesta y lista para nosotros.
 
Bueno, ya os habéis llevado bastante las manos a la cabeza ante semejante anuncio, pero aquí me viene otra reflexión…
 
Por supuesto que este anuncio es denigrante y fomenta la violencia machista… pero resulta que hoy día se siguen viendo anuncios ofensivos y se toman como cosa normal, sin darle importancia, porque a quien se ofende no es a la mujer sino a las creencias religiosas de los católicos. Todos nos escandalizamos y nos indignamos al ver anuncios como este, en el que se abofetea a una mujer, pero hay muchas personas que no le dan la menor importancia a la “agresión” a los sentimientos religiosos de muchas personas.
 
¿Qué no tiene nada que ver una cosa con otra? Pues sí que la tiene. La publicidad nunca debe ser ofensiva para nadie; la buena publicidad debe ser respetuosa con todas las personas, con todas las creencias y con todas las sensibilidades. Y el que no sepa hacer buena publicidad sin ofender a nadie demuestra o muy poca imaginación o mucha mala leche.
 

Como siempre, lo mejor es tomárselo con humor…
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