(AZprensa) Nada
más tomar posesión de su segundo mandato como presidente de Estados Unidos,
Donald Trump ha iniciado una serie de acciones ejecutivas que se alinean con su
promesa de campaña de revertir las políticas "woke", a las que
califica de “dictadura” que ya se habían expandido en Estados Unidos
auspiciadas por el anterior presidente y que igualmente están ampliamente
consolidadas en Europa.
Esa “dictadura Woke” fomenta el control (censura) de las
redes sociales y medios de comunicación poniéndolos al servicio del “pensamiento
único oficial”; fomenta la inmigración ilegal; fomenta la ideología de género
con adoctrinamiento incluso en los colegios dinamitando así los valores
tradicionales de la sociedad; inculca el sentido de culpa al responsabilizar a
los ciudadanos del cambio climático para así implantar nuevos modelos
económicos sobre todo en el campo de la energía; intenta borrar el sentido
nacionalista para implantar una sociedad multirracial y multicultural que no
tenga valores ni identidad propios; intenta arruinar la agricultura y ganadería
nacional para que se dependa de las exportaciones de terceros países; etc.
Pocas veces, por no decir ninguna, se ha visto a un presidente
que el primer día de su mandato firme más de 80 decretos ante los medios de
comunicación escenificando que sus palabras de campaña no eran promesas vacías
sino realidades que pone en marcha nada más llegar al poder.
Estos han sido sus primeros pasos:
Inmigración ilegal.-
Uno de los primeros actos de Trump fue firmar una orden ejecutiva para cerrar la frontera con México, desplegando militares para reforzar la seguridad fronteriza. Además, se ha anunciado la intención de llevar a cabo la mayor deportación de la historia de Estados Unidos, enfocándose en inmigrantes ilegales y categorizando a los cárteles del narcotráfico como organizaciones terroristas. Este enfoque no solo busca reducir la inmigración ilegal sino también enviar un mensaje claro sobre la política migratoria del país.
Política de género.-
Trump ha firmado decretos para eliminar la "ideología de género" en el gobierno federal. Esto incluye la eliminación de programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), así como la prohibición de la promoción de políticas LGTBIQ+ en las escuelas y departamentos del gobierno. Se ha especificado que solo habrá reconocimiento de dos géneros: hombre y mujer, en los formularios oficiales, marcando una clara oposición a lo que se ha denominado "dictadura woke".
Cambio climático.-
El presidente ha anunciado la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático, así como de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto refleja su postura de que el cambio climático es una preocupación secundaria y que las regulaciones medioambientales limitan el desarrollo económico y el bienestar de los ciudadanos. Estas acciones son parte de un esfuerzo más amplio para revertir muchas de esas políticas radicales “verdes”.
Censura en redes sociales.-
Aunque no se han especificado decretos directos sobre la censura en redes sociales en los primeros días de su mandato, Trump ha prometido "reinstaurar la libertad de expresión". Esto implica futuras acciones para limitar el control de las plataformas digitales sobre lo que se considera "pensamiento único" o “discurso aceptable”, un tema que fue central en su primera presidencia y que sigue siendo un pilar de su agenda anti-woke.
Renombramiento geográfico.-
Para reforzar el nacionalismo estadounidense, ha propuesto renombrar el Golfo de México como Golfo de América.
Política comercial.-
Para proteger la economía nacional ha mencionado la posibilidad de imponer aranceles a las importaciones de otros países, y en especial a las de países vecinos como México y Canadá.
Estos decretos y políticas marcan una clara agenda para
desmantelar los excesos de la cultura woke, buscando restaurar los
"valores tradicionales", ofreciendo así una visión más conservadora
de la política estadounidense. La nueva era Trump se ha dado en llamar la del “sentido
común”, poniendo siempre en primer lugar la defensa de los ciudadanos de su
país.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“De la Publicidad al Periodismo”: https://www.amazon.es/dp/B0D4KHNVH4
Uno de los primeros actos de Trump fue firmar una orden ejecutiva para cerrar la frontera con México, desplegando militares para reforzar la seguridad fronteriza. Además, se ha anunciado la intención de llevar a cabo la mayor deportación de la historia de Estados Unidos, enfocándose en inmigrantes ilegales y categorizando a los cárteles del narcotráfico como organizaciones terroristas. Este enfoque no solo busca reducir la inmigración ilegal sino también enviar un mensaje claro sobre la política migratoria del país.
Trump ha firmado decretos para eliminar la "ideología de género" en el gobierno federal. Esto incluye la eliminación de programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), así como la prohibición de la promoción de políticas LGTBIQ+ en las escuelas y departamentos del gobierno. Se ha especificado que solo habrá reconocimiento de dos géneros: hombre y mujer, en los formularios oficiales, marcando una clara oposición a lo que se ha denominado "dictadura woke".
El presidente ha anunciado la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático, así como de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto refleja su postura de que el cambio climático es una preocupación secundaria y que las regulaciones medioambientales limitan el desarrollo económico y el bienestar de los ciudadanos. Estas acciones son parte de un esfuerzo más amplio para revertir muchas de esas políticas radicales “verdes”.
Aunque no se han especificado decretos directos sobre la censura en redes sociales en los primeros días de su mandato, Trump ha prometido "reinstaurar la libertad de expresión". Esto implica futuras acciones para limitar el control de las plataformas digitales sobre lo que se considera "pensamiento único" o “discurso aceptable”, un tema que fue central en su primera presidencia y que sigue siendo un pilar de su agenda anti-woke.
Para reforzar el nacionalismo estadounidense, ha propuesto renombrar el Golfo de México como Golfo de América.
Para proteger la economía nacional ha mencionado la posibilidad de imponer aranceles a las importaciones de otros países, y en especial a las de países vecinos como México y Canadá.
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