miércoles, 1 de enero de 2025

La obra del espíritu nunca muere (1)

De cómo un extraño impulso me llevó a indagar sobre la vida de una famosa pianista noruega de la que apenas se encuentran referencias, quedando demostrado que “la obra del espíritu nunca muere. Ya sea que la gente lo sepa y lo entienda o no, la obra del espíritu se comunica y se propaga de alma humana a alma humana".
 
(AZprensa) Hace ya muchos años visité en Madrid una exposición de pintores noruegos. Allí estaban algunos de los cuadros más famosos de grandes pintores de aquél país, tales como: Harald Sohlberg (mi favorito), Edvard Munch (el más conocido en todo el mundo, sobre todo por su cuadro “El grito”), Christian Krogh... y también Erik Werenskiold.
 
Recorría plácidamente aquellas salas disfrutando de tan magníficos cuadros... hasta que mi vista se posó en un cuadro de grandes dimensiones pintado por Erik Werenskiold. Fue ver aquél cuadro y quedar petrificado. No podía dar crédito a lo que estaban viendo mis ojos. Pero ¿qué fue lo que causó aquél shock?
 
El cuadro (ver imagen) representaba a la famosa pianista noruega Erika Nissen. Fue verla y me resultó imposible apartar la mirada de aquél cuadro. ¿Qué lo hacía tan especial? ¿Cuál era la razón? ¡Aquella imagen de Erika Nissen era la propia imagen de mi madre, ya desaparecida unos años atrás!
 
Cuando llegué a casa busqué inmediatamente más información sobre Erika Nissen. Ella murió en 1903... y mi madre nació en 1913. “¿Se reencarnó Erika Nissen en mi madre?”, pensé. Para aquellos que creemos en la reencarnación, esto es posible; a veces pueden transcurrir unos años entre una muerte y la siguiente reencarnación. De ser cierto, esto explicaría muchas cosas, por ejemplo esa atracción que desde mi infancia he sentido por Noruega y ha hecho que desde niño me haya sentido más noruego que español. De hecho, cada vez que he visitado ese país, cada vez que he pisado su suelo, he respirado su aire... he tenido la sensación de volver a casa, de llegar a mi verdadero hogar, y esto me ha sucedido siempre, en las seis ocasiones en que he tenido la fortuna de viajar a ese país, desde mi primer viaje en 1989 hasta mi sexto y último viaje en 2007.
 
Después, cuando ves varias fotografías de Erika Nissen, compruebas que su parecido no lo es tanto como la impresión que refleja ese cuadro. Pero lo que aquí cuenta es la tremenda sensación que experimenté cuando contemplé el cuadro, e incluso cuando lo vuelvo a mirar muchos años. En fin, más allá de estas fantasías poéticas e impregnadas de misterio (como así me gusta impregnar a todo lo que nos sucede en esta vida), el hecho real e innegable fue el impacto emocional que me produjo la contemplación de aquél cuadro y el posterior descubrimiento de algunas curiosas coincidencias. Para empezar –ya he comentado- Erika murió en 1903 y mi madre nació en 1913, pero no sólo es eso… Erika Nissen era concertista de piano, y yo, desde niño, he sentido una especial atracción por el sonido de este instrumento musical; tanto es así que mis canciones favoritas siempre han sido aquellas en las que el piano juega un papel protagonista, tal como –por ejemplo- “La bohemia” de Charles Aznavour” o “For you” de John Denver. Y más relevante aún resulta otro aspecto: La vida de Erika Nissen fue muy ajetreada, tanto en lo profesional como en lo amoroso, y según dicen de ella, lo que más deseaba era “volver a casa, vivir de forma sencilla, convertirse en anciana y sentarse tranquilamente en una silla”; por eso, al comparar su vida con la de mi madre, compruebo que la vida de mi madre fue posiblemente esa vida tranquila, estable y familiar que Erika siempre había soñado y no pudo conseguir.
 
Como homenaje a ella, y también en memoria de mi madre y de la impresión que me causó contemplar este cuadro de Werenskiold y lo que posteriormente leí de Erika Nissen, os invito a conocer su apasionante historia que, dicho sea de paso, es muy difícil encontrar en Internet y me ha llevado a consultar numerosas fuentes, la mayor parte de ellas escritas en noruego (aunque debo dar las gracias a Google que me ha facilitado su traducción)…
 
Imagen: Óleo sobre lienzo de la pianista Erika Nissen por Erik Werenskiold.
 
Comienza el viaje…
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon:
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