(AZprensa) En 1889, Vilhelm Sommerfeldt visitó a su amigo
poeta en Aulestad y encontró que las dos hermanas, Ida y Erika, también estaban
allí de visita y tenían, desde hacía años, una casa de verano en la finca
Reistad, en donde pasaban algunas temporadas junto con los hijos de Erika. En aquella
visita –según cuenta- pensaba que Ida y Erika estarían sólo de visita, pero
comprobó que su estancia se prolongó varios días. Se suponía que sólo debían
estar allí un día, pero según Sommerfeldt se quedaron varios días. Se supo
también que al año siguiente, Bjørnstjerne Bjørnson visitó a Erika mientras su
marido Oscar estaba de viaje en Jotunheimen.
En 1890, el escritor danés Herman Joachim Bang publicó un
artículo en la revista danesa "Kjøbenhavn" (“Copenhague”), que se
reprodujo también en la portada del diario noruego “Dagbladet”, en donde se
destacaba que “Erika Nissen es la artista más querida de su país; a su
alrededor acuden los eruditos y la multitud con igual e inmutable devoción.
Ella está constantemente trabajando”. Se hablaba de su capacidad única para
cautivar al público, de que había tenido que rechazar muchas ofertas del extranjero,
y de cuán hospitalario era el hogar de la familia Nissen. Pero, en una carta
del mismo año, Bjørnstjerne Bjørnson confesaba que había oído que Oscar Nissen,
en una conversación con su hijo Bjørn, le anunciaba sus intenciones de
divorciarse de Erika.
El pintor Christian Krogh entrevistó a Erika en la
popular publicación “Verdens Gang”, con motivo de su 50 cumpleaños. Esa
entrevista formaba parte de una serie de reportajes sobre artistas famosos, y
en esa entrevista también figuraba su inseparable hermana Ida.
Cuenta en ese reportaje que Erika no quería en absoluto
ser artista, que su madre lo vería como una profanación, pero que Ida le había
dado el impulso necesario. Según se refleja en dicho artículo, se la presentaba
como una artista a la que no le gustaba el público y que añoraba mucho Noruega cuando
estaba de gira por Europa. “A menudo deseaba volver a casa, jugar aquí y vivir
adecuadamente. A menudo me parece que lo ideal es convertirse en una anciana y
sentarse tranquilamente en una silla", declaraba ella. Y sin embargo esas
palabras, esos deseos, nunca se hicieron realidad y toda su vida no pudo estar
más alejada de esos deseos.
"Aquellos cuyo cerebro y corazón sólo tienen espacio
para el arte tal vez se hagan más grandes. Nunca he llegado al primer lugar.
Pero incluso si mis habilidades hubieran podido llevarme más alto, no me
arrepentiré de que la vida y mi temperamento hayan elegido por mí", declaró
Erika Nissen en 1891.
Bjørnstjerne Bjørnson no ocultaba a su mujer Karoline su
admiración por Erika. “Querida Karoline le contaba en una de sus cartas- el
viaje en compañía de Erika fue muy divertido", y le trasladaba en 1892 su
deseo de que tanto Ida como Erika fuesen a Aulestad el día de su cumpleaños. En
cartas a sus amigos, Karoline llamaba a Erika "El animal" y la pareja
Bjørnson pasó por momentos muy tormentosos. Parecía claro que Bjørnson tenía
una relación cercana con Erika y prueba de ello es que se fueron de gira juntos.
Precisamente, en una carta que escribió a la hermana de Erika, Thomasine, y que
nunca fue enviada, Karoline escribía que su marido y Erika se amaban, una
relación que fue a más y provocó un gran revuelo y conflictos internos en la
familia Bjørnson.
Esta relación, en plan serio comenzó en 1892.
Bjørnstjerne se encontraba en una etapa de su vida donde su matrimonio con
Karoline estaba experimentando tensiones, parcialmente debido a la sordera
progresiva de Karoline y a crecientes diferencias personales. El romance entre
Bjørnson y Nissen fue apasionado y conocido por ser una de las aventuras
amorosas más significativas de Bjørnson.
La relación no fue bien recibida por la familia de
Bjørnson. Karoline estaba profundamente afectada por la infidelidad de su
marido, y sus hijos, especialmente su hija Bergljot, expresaron una fuerte
desaprobación. De hecho, se cuenta que Bergljot llegó incluso a amenazar a su
padre con un arma si no terminaba la relación con Erika.
Este romance duró aproximadamente ocho meses, desde el
verano de 1892 hasta la primavera de 1893. Entonces, Bjørnson y Karoline
hicieron un viaje a Roma en 1893, en un intento de salvar su matrimonio, y esto
puso fin a su aventura con Erika.
Aunque fue una relación muy breve, tuvo un impacto
significativo en la vida personal de ambos, especialmente en la de Bjørnson,
donde se vio reflejada la tensión entre sus impulsos personales y sus
responsabilidades familiares y sociales. En términos culturales, esta relación
ha sido vista como un ejemplo de las complejidades de la vida privada de las
figuras públicas en Noruega durante aquella época.
Imagen: La actual Oslo se llamaba Christiania en 1875.
Continuará...
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Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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