Mañana miércoles 12 de febrero se celebran elecciones en el Colegio de Médicos de
Barcelona, el segundo mayor de España, con 32.000 colegiados. Los candidatos
son Jaume Padrós (que representa la continuidad) y Joan Gené (el cambio).
En un debate realizado en Diario Médico han expuesto sus
respectivas ideas sobre muchos asuntos, entre ellos el de si debe ser
obligatoria o no la colegiación de los médicos. Para Gené debe ser voluntaria
puesto que “la colegiación
voluntaria obligaría a los colegios a dar mejores servicios. No hay que
mantener la obligación sino hacer que la gente reciba alguna cosa que les
atraiga”; sin embargo Padrós le recuerda: “Ya me dirá todas esas misas cómo se
pagan. Con lo que usted dice las cuotas subirían un 200 por cien”.
Y es que Padrós apuesta por una
independencia financiera “sin repercutir sobre las cuotas colegiales, que son
las más bajas del España, y están congeladas gracias a las aportaciones del
grupo de empresas MED: tres millones en 2012. Gracias a ese modelo tenemos la
Clínica Galatea para médicos enfermos y un programa de protección social y
muchas otras iniciativas. Este modelo permite mantener el colegio y la
profesión cohesionados ante las amenazas reales de la crisis”.
No obstante Gené declara que “este
modelo tiene valores indiscutibles pero cuenta con una desafección de los
médicos, que lo viven como un impuesto más para poder trabajar. No ven que les
reporte ningún beneficio de ningún tipo. Lo indica la baja participación en las
elecciones -de menos del 25 por ciento-. Las empresas, creadas para dar apoyo,
se han convertido en el objetivo del colegio, como demuestra que con las
elecciones cambien los presidentes pero no el consejero delegado de MED. Parece
que el colegio está al servicio de sus empresas”. Pero, aunque ese índice de
participación en las elecciones sea tradicionalmente muy bajo, Padros recuerda
que “más de 60.000 colegiados y sus familias usan los servicios del colegio. Yo
hablo con datos en la mano”.
Sea como fuere, los médicos de Barcelona
tienen mañana la palabra. ¿Será superior al 25 por ciento el índice de
participación? Ese sería, desde luego, el mejor cambio.
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