(AZprensa) Los farmacéuticos son un agente clave a
la hora de dar información sobre los medicamentos a los pacientes y de manera
muy especial en lo relativo a los antibióticos. Puntos clave a recordar son los
siguientes:
Cualquier síntoma relacionado con alguna
enfermedad infecciosa es siempre motivo de consulta médica; nunca se debe
confiar el autodiagnóstico.
Cualquier solicitud de dispensación de un
antibiótico en la oficina de farmacia, sin presentar la correspondiente
prescripción médica, debe ser rechazada, tanto por motivos legales como
sanitarios.
El uso de antibióticos resulta completamente
inútil frente a muchas enfermedades comunes de carácter infeccioso, como la
gripe o el resfriado, que son producidas generalmente por virus.
La utilización de restos de tratamientos
antibióticos previos, encontrados en botiquines caseros supone un grave riesgo
para la salud. Tales restos deben ser llevados a la oficina de farmacia para su
adecuado reciclaje.
Durante la dispensación se debe reiterar al
paciente la importancia de cumplir el tratamiento completo prescrito, aunque se
note una mejoría evidente antes de haberlo finalizado.
La duración del tratamiento con antibióticos la fija el médico y debe ir
especificada en la receta correspondiente. El paciente debe seguir esas
instrucciones.
Cualquier notificación de alergia debe
ponerse en conocimiento del médico.
La persistencia de diarrea durante más de dos
días tras el tratamiento con antibióticos hace aconsejable la consulta médica.
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