(AZprensa) La
esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica crónica del sistema nervioso
central que afecta al cerebro y la médula espinal. Tiene múltiples
manifestaciones y puede presentarse de manera diferente en cada persona. Los
síntomas más habituales suelen ser visión doble o pérdida de la vista de manera
transitoria, debilidad en las extremidades y trastorno de sensibilidad en las
mismas. “Si eso sucede en un periodo de tiempo estimado de entre 24 y 48 horas,
podemos plantearnos un posible caso de esclerosis múltiple”, ha explicado el
Dr. Xavier Montalbán, jefe del Servicio de Neurología y Neuroinmunología en el
Hospital Universitario Vall d’Hebron (Barcelona) y director del Centro de
Esclerosis Múltiple de Cataluña (CemCat).
Por lo general, los
síntomas son transitorios y pueden pasar desapercibidos, lo que deriva en un
porcentaje de pacientes que conviven con la enfermedad pero no llegan a ser
diagnosticados. “Actualmente hay mucha más información, gracias, por ejemplo, a
las asociaciones de pacientes. Esto permite que el porcentaje de no
diagnosticados disminuya, que el diagnóstico llegue antes y que podamos
aplicar, lo antes posible, un tratamiento”, comenta este especialista.
El tiempo medio de
diagnóstico es de entre 2 y 4 años desde el primer síntoma. Es la prueba
clínica la que determine la diferencia entre la esclerosis múltiple en brotes o
progresiva, aunque determinarlo es complicado. No existen evidencias claras
para diferenciarlas, aunque de cualquier forma, la inflamación puede marcar el
inicio del tratamiento.
En España, 47.000
personas conviven con la enfermedad. Un 85% padece esclerosis múltiple en
brotes, siendo en su mayor parte mujeres con una edad comprendida entre los 18
y 30 años. En esta forma podemos encontrar un síntoma que se manifiesta durante
varias semanas y pasado ese tiempo, el paciente vuelve a la normalidad.
Actualmente existen 12 tratamientos registrados para la esclerosis múltiple en
brotes pero no hay ninguno para la forma progresiva, aunque se han producido
avances que nos han permitido conocer mejor los mecanismos de progresión de la
enfermedad.
“En España y en
otros países, a los pacientes con progresiva, además de la rehabilitación
integral, se les aplican fármacos similares a los que están actualmente en
ensayo. Se trata de un especie de anticuerpo y se denomina ‘de uso compasivo’”
ha comentado Montalbán, añadiendo que “existen evidencias de que algunos
fármacos aplicados para otras patologías se están empleando como
neuroprotectores muy efectivos”.
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