(AZprensa, Editorial) El miedo a que un competidor pueda
conocer detalles y cifras de tu negocio y en base a ellas identificar tus
estrategias, fortalezas y debilidades, hace que muchas empresas se muestren
reacias a la transparencia informativa, algo que si está presente en todos los
sectores es mucho más acusado en la industria farmacéutica. Sin embargo, como
declaraba a Actualidad Económica Ignacio Jiménez Rodríguez, director general de
Iberinform, compañía filial de Crédito y Caución: “La empresa debe entender que
cuando opera a crédito es lo mismo que cuando pide un crédito a un banco, es
decir, hay un tercero que asume un riesgo y requiere información para saber si
le interesa o no la operación”.
Este directivo reconoce que “no es fácil conjugar ambas
cosas”, sin embargo negar información al público no es posible puesto que en
muchos países, tal como sucede en España, existe un Registro al que puede
acudir cualquiera para consultar la información de las cuentas públicas de las
empresas que operan en dicho país.
En otros países, como Estados Unidos, no existe ese
Registro, aunque la cultura empresarial es radicalmente distinta a la de España
y allí las compañías ofrecen proactivamente todos los datos relativos a sus
cifras de ventas, inversiones, etc.
En España se da la paradoja que las centrales de las
multinacionales farmacéuticas ofrecen todo tipo de datos empresariales a nivel
global y los medios de comunicación conocen dicha información antes a través de
la propia central que de la filial española, y por supuesto, los periodistas
deben buscarse después la vida para tratar de averiguar por sí mismos cuáles
han sido las cifras a nivel local.
La consecuencia es clara: animadversión de los medios de
comunicación a quienes tratan de impedir que fluya la información, y en
consecuencia se centran más en difundir lo que ganan las empresas que lo que
invierten, en hablar de beneficios económicos antes que de beneficios en salud
gracias a sus medicamentos, en resaltar las noticias negativas antes que las
positivas.
Como dice Ignacio Jiménez, “lo más solicitado por las
empresas españolas sigue siendo la solvencia” y la solvencia es algo que
necesita transparencia informativa y confianza, algo de lo que carece la
industria farmacéutica en España.
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