(AZprensa)
La entidad evaluadora de medicamentos del Reino Unido, el NICE, ha descartado
financiar el nuevo producto de Pfizer para ciertos tipos de cáncer de mama, palbociclib,
argumentando que su coste es demasiado alto (92.346 euros el tratamiento
completo) para los posibles beneficios que puede aportar: frenar el crecimiento
tumoral durante 10 meses, lo que se traduce en un aumento de supervivencia
global aunque no se haya podido cuantificar de forma fehaciente en los ensayos
clínicos.
Ante
los diversos dilemas que se plantean, como los de “¿cuánto vale una vida
humana?” o de “¿por qué se ponen precios prohibitivos a ciertos medicamentos?”
y toda la demagogia que de estos se deriva, conviene recordar que los recursos
de la sanidad pública son limitados y que si se destina una cantidad
desorbitada a pagar el tratamiento de una enfermedad, habrá que recortar y
quitárselo a otra y entonces, ¿cómo justificarlo a esos otros afectados? Los
recursos son los que son y por muy milagrosos que sean algunos nuevos productos
(que no lo son) no hay dinero para todo y por consiguiente la buena gestión
pública consiste en dar una buena atención sanitaria al mayor número posible de
pacientes.
En este caso concreto, David Montgomery, jefe de
Oncología de Pfizer en el Reino Unido, ha declarado que su laboratorio tratará
de encontrar una solución para que palbociclib pueda utilizarse en la sanidad
pública británica; sin embargo no hay más solución que una bajada drástica y
radical de su exagerado precio.
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