(AZprensa, Editorial) La definición de “timar” es “engañar a
alguien haciéndole albergar falsas esperanzas”, por lo cual podemos afirmar que
la noticia hecha pública por la NASA esta semana relativa al descubrimiento de
siete planetas “habitables” en una estrella “cercana” es un engaño en toda
regla, y no porque eso no sea cierto, sino porque se presenta como “un gran
logro de la ciencia” y pretende despertar el entusiasmo de la gente para que
vea con buenos ojos a la NASA y así el Gobierno de Estados Unidos los siga
mimando con sustanciosos presupuestos.
¿Gran logro de la ciencia? No hace falta dedicar tantos
esfuerzos y dinero para demostrar algo que la lógica más elemental nos
evidencia: entre los miles de millones de estrellas que hay en el universo,
tienen que ser muchos los millones de ellas que tengan planetas orbitando
alrededor, y tienen que ser muchos millones los planetas que sean similares al
nuestro y por tanto albergar vida.
¿Entusiasmo? Como noticia sí es interesante conocer que hay
otros planetas parecidos al nuestro, pero ¿de qué nos sirve conocer ese dato si
jamás (al menos en muchísimas generaciones vendieras) seremos capaces de llegar
o siquiera de enviar una sonda no tripulada a esos exoplanetas?
A día de hoy no somos capaces de instalar una pequeña base
en la Luna. A día de hoy no somos capaces de enviar una nave tripulada a Marte.
A día de hoy no somos capaces de enviar una sonda que aterrice en alguno de los
satélites de nuestro propio sistema solar (como Ganímedes, Europa, Titán, etc.
con grandes probabilidades de albergar algún tipo de vida), y regresar a la
Tierra con muestras.
Nos dicen que esos planetas ahora descubiertos están a
“sólo” 40 años luz, como si eso fuera a la vuelta de la esquina. No nos dicen
cuánto tardaríamos de verdad si quisiésemos enviar una nave (aunque fuese sin
tripulación) a esos exoplanetas. Pues aquí lo vamos a decir: ese viaje (sólo el
de ida) duraría 750.000 años.
La velocidad máxima a la que se puede viajar (teóricamente)
es la de la luz (300.000 Km. por segundo). Nadie nos recuerda que la velocidad
máxima a la que hemos conseguido viajar es 58.000 Km... por hora (esa es la
velocidad de la sonda New Horizons que llegó a Plutón y ahora sigue su camino
hacia el espacio profundo. Pero... no se pueden comparar segundos y horas. Esos
58.000 Km. por hora, representan una velocidad de 16 Km. por segundo; como se
ve, muy lejos de esos 300.000 Km. por segundo que permitirían llegar en 40
años; así que el hipotético viaje duraría 750.000 años, o sea, una quimera.
Y sin embargo hace poco nos hablaban del descubrimiento de
un planeta habitable en la estrella más cercana (Próxima b) que sólo está a 4,2
años luz (sólo tardaríamos 75.000 años en llegar allí), y tienen abiertos
varios proyectos para descubrir y estudiar más exoplanetas... En conclusión,
este anuncio no es sino un paso más de la NASA para conseguir apoyo popular que
anime al Gobierno a dotarla de buenos presupuestos. En vista que no son capaces
ni de volver a la Luna ni de viajar a Marte, ahora nos ponen el señuelo de
muchos exoplanetas parecidos a la Tierra para hacernos creer que algún día
podremos viajar allí... si se les sigue dando dinero.
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