(AZprensa) Acabó la temporada e incluso mucho antes se
adelantó la temporada de rumores sobre fichajes. Si hay algo que define a los
futbolistas de élite son estas tres letras: “MMC”. Por si no lo adivinas, se
corresponden a “Mercenarios”, “Millonarios” y “Caprichosos”.
Se engañan quienes piensan que los futbolistas sienten
los colores de su equipo; los únicos colores que sienten son los de los
billetes que ingresan en su cuenta bancaria. Hoy juegan aquí, mañana allí y al
llegar dicen que ese era el club de su vida, y poco tiempo después vuelven a
cambiar de club y a repetir la misma historia… y los hinchas se lo creen.
El fútbol es un negocio. Los clubes de fútbol son
empresas. Los futbolistas son trabajadores que aspiran a ganar cuanto más mejor
y a cambiar de “empresa” en cuanto les salga una oferta superior. ¿Y los
hinchas, los fans, los seguidores, o como los quieras llamar? Esos son
simplemente unos clientes, pero uno clientes que cada vez tienen menos
importancia para los clubes. La razón es que los
ingresos de abonos y taquillas son una ínfima parte de sus ingresos; lo gordo
es lo que ingresan por derechos de televisión. En consecuencia, el principal
cliente de los clubes de fútbol es la televisión y por consiguiente este
cliente es el que fija los días y horas en los que hay que jugar los partidos. Y como la televisión es la que manda, todo se mueve a su alrededor.
Si eres un romántico… no vayas al fútbol; cómprate un
libro de poesía y siéntate a leerlo tranquilamente en un banco del parque. El
fútbol ya no es lo que era por mucho que los hinchas, fans, seguidores o como
se llamen, traten de engañarse a sí mismos.
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