(AZprensa) Gracias al Decreto 85/2018 de inclusión
educativa, el fisioterapeuta debe jugar un papel importante a la hora de
elaborar el “Informe de Evaluación Psicopedagógica” de los alumnos, teniendo en
cuenta las diferentes capacidades, ritmos y estilos de aprendizaje,
motivaciones e intereses, situaciones personales, sociales y económicas,
culturales y lingüísticas, sin equiparar diferencia con inferioridad, de manera
que todo el alumnado pueda alcanzar el máximo desarrollo posible de sus
potencialidades y capacidades personales.
Dicho “Informe de Evaluación Psicopedagógica” debe
recoger, entre otros apartados la valoración funcional del alumno,
identificación de potencialidades y barreras a la inclusión, así como la
determinación de recursos materiales y personales como parte de la organización
de la respuesta educativa, aspectos clave que se extraen de la valoración
llevaba a cabo por el fisioterapeuta cuando el alumno presenta un trastorno del
sistema neuromusculoesquelético o de control motor.
Además, y como reconocimiento de la función del
fisioterapeuta como profesional de orientación educativa, este debe firmar
dicho documento junto al orientador, también como responsable de la orientación
educativa del centro, y el resto de profesionales que hayan participado en su
redacción.
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