martes, 18 de enero de 2022

Disparates cotidianos (recordando a Aute)

(AZprensa) ¿Recuerdas a Luis Eduardo Aute, el cantautor de grandes éxitos como “Aleluya Nº 1”? Decía en esa canción: “Estas son las cosas que me hacen olvidar este mundo absurdo que no sabe a dónde va”.
 
En su memoria vamos a recordar algunas cosas del momento sanitario actual (todas ellas verídicas y contrastadas):
 
Un padre viaja en su propio coche junto a su hija de 8 años; los dos van con mascarilla.
 
Un vecino que vive en el piso 13 nunca usa el ascensor de su casa porque tiene miedo a contagiarse.
 
El periodista Jiménez Losantos dice: “Los que no se han vacunado no están sanos”.
 
Un estadio de fútbol, para cumplir con el requisito del 70% de aforo, agrupa a todos los espectadores en los laterales y deja los fondos vacíos para cumplir así con dicha restricción.
 
Un andén de metro tiene unas marcas en el suelo para que se guarde la distancia de seguridad; una vez dentro del vagón, todos pueden ir apretujados.
 
Una persona con mascarilla está de pie en la calle; a su lado una pareja sentada en una mesa de un bar no la lleva porque ahí no es obligatoria.
 
Una persona come palomitas con la mascarilla puesta; cada vez que se va a meter en la boca una, levanta la mascarilla y después vuelve a bajarla para masticar. Así una tras otra todas las palomitas.
 
En la calle una persona camina con mascarilla, otra sin ella porque va fumando, otra sin ella porque está comiendo unas patatas fritas y otra sin ella porque se está sonando los mocos. Todas hacen lo correcto, según está establecido.
 
Una discoteca abre sus puertas al público pero no les deja bailar.
 
Niños son obligados a ir con mascarilla al colegio porque la mortalidad infantil ha sido del 0,000000000000001 por ciento.
 
Dos personas con mascarilla se encuentran con unos conocidos en la calle y para saludarse se dan un beso.
 
Una persona hace deporte corriendo sola campo a través por la Casa de Campo, toda sudorosa por el esfuerzo… y con la mascarilla puesta.
 
Unos tertulianos sin mascarilla en un plató de televisión critican a los que se reúnen en un bar y se quitan la mascarilla. 
 
Un periodista (con mascarilla) entrevista a su interlocutor que está situado a más de dos metros de distancia (este último sin mascarilla)
 
Un directivo de la Federación de Fútbol, con la mascarilla puesta, habla a la cámara para hacer un sorteo en un escenario vacío ya que el evento se hace sin público y sólo se retransmite por televisión.
 
Los jugadores suplentes en un partido de fútbol aguardan en la grada separados y con mascarilla; cuando les llega el turno de salir al campo se la quitan, juegan, agarran al contrario, marcan un gol y se abrazan en una piña.
 
Un deportista da positivo y se queda en casa hasta que dos días después ya da negativo y sale, sin que en ningún momento haya tenido el más leve síntoma.
 
Una persona llama al Centro de Salud para pedir cita por un dolor muscular fuerte y el contestador le da cita para dentro de 20 días.
 
En una farmacia le explican al cliente que no están autorizadas para vender paracetamol genérico (barato) pero sí puede vender Gelocatil (paracetamol de marca mucho más caro). Y lo mismo con otros muchos principios activos.

Una ministra lleva puesta la mascarilla, cuando le acercan los micrófonos para que haga unas declaraciones, se la quita para hablar.

Presidentes de países europeos se hacen la foto de grupo sin mascarilla. Presidentes de países europeos se hacen la foto de grupo con mascarilla. (Unos días toca y otros no).
 
…Estas son las cosas que me hacen recordar este mundo absurdo que no sabe a dónde va.
 

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