miércoles, 19 de enero de 2022

Invierno y ojo seco, una asociación no deseada

(AZprensa) Los hábitos asociados al estilo de vida actual, que conllevan un incremento considerable del uso de las pantallas de ordenador, sumado a la época invernal en la que se pasa un mayor número de horas en espacios cerrados con calefacción están contribuyendo a que las cifras de la enfermedad del ojo seco aumenten. En España, más de 5 millones de personas sufren ya esta patología, provocada por la falta o déficit de lágrima o por la mala calidad de ésta. El invierno es, además, la etapa donde más se agudiza la enfermedad, por lo que se aconseja prestar mayor atención a la salud ocular.
 
Según señaló el profesor José Manuel Benítez del Castillo, catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense de Madrid, en el Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología, “hay estudios que demuestran que los peores meses son de octubre a febrero, por eso en esta época es necesario tener especial cuidado y seguir unas pautas que puedan ayudar a aliviar los síntomas, así como un tratamiento adecuado”.
 
La enfermedad de ojo seco (EOS) es una patología común en los ojos y una de las causas más frecuentes de visitas a la consulta del oftalmólogo. Es una enfermedad que provoca irritación, sensación de arenilla y quemazón, sensibilidad a la luz, sequedad, dolor y fatiga ocular. Estos síntomas dificultan la realización de tareas cotidianas como leer, conducir, ver la TV o trabajar ante una pantalla de ordenador. Además, la EOS de moderada a grave se asocia a una reducción de la vitalidad, un mal estado de salud general y, con frecuencia, depresión.
 
La prevalencia mundial de la enfermedad de ojo seco es de hasta el 33% en algunas poblaciones, y entre el 5% y el 10% de las personas padecen la enfermedad de moderada a intensa. Sin embargo, los expertos consideran que los nuevos hábitos de vida están influyendo negativamente en los síntomas y, por tanto, en la incidencia. Una situación que ha empeorado además con la pandemia del Covid-19, puesto que hubo un incremento en la media de horas de exposición a las pantallas.
 
Por otro lado, también influye el envejecimiento de la población. Las enfermedades oculares como la enfermedad del ojo seco y sus signos también aumentan con la edad. Por dicha razón, la prevalencia de la enfermedad incrementa con el envejecimiento poblacional, que va unido al aumento de enfermedades, como la diabetes, que están ligadas a la EOS.
 
Asimismo, las mujeres son uno de los grupos más vulnerables ante estas patologías, y tal y como señala Benítez del Castillo, “tienen un riesgo mayor de padecer la enfermedad del ojo seco”. En particular, el riesgo se incrementa a partir del periodo de la menopausia cuando las mujeres experimentan una reducción de las hormonas sexuales. El descenso de estas hormonas produce alteraciones en el epitelio de la superficie ocular y en las glándulas lagrimales.
 

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