(AZprensa) La Sociedad Española de Rehabilitación y
Medicina Física (SERMEF) a través de la Dra. Marta Supervía Pola, médico
rehabilitadora y portavoz de la sociedad científica, ha puesto en valor la
importancia del ejercicio físico como defensa natural del sistema inmune y ha
destacado que “cada vez son más los trabajos científicos que indican que el
ejercicio mejora la respuesta inmunitaria y, por tanto, ayuda a disminuir el
riesgo de enfermar”.
En este contexto, en los actuales meses de invierno en
los que proliferan los virus respiratorios, la especialista de la SERMEF ha
explicado que “el ejercicio físico aumenta el flujo sanguíneo y linfático al
contraerse los músculos, incrementando la circulación de células inmunitarias
(como por ejemplo los linfocitos T y NK). Por otra parte la contracción
muscular estimula la producción de numerosas sustancias llamadas mioquinas.
Algunas de estas moléculas refuerzan la acción del sistema inmune del
organismo. Existe evidencia de que el ejercicio físico puede mejorar
significativamente la capacidad inmune del organismo frente a virus
respiratorios como la gripe y el SARS-CoV-2, y sus variantes, causante del COVID-19”.
En este sentido, anima a la población a realizar
ejercicio físico aeróbico como nadar, correr o montar en bicicleta, así como
ejercicio de fuerza y ha descrito que “el sistema inmunitario reacciona
inmediatamente cuando se hace ejercicio y que con el tiempo esta respuesta
inmunitaria desaparece, por lo que es necesario ser activo físicamente y
realizar ejercicio de forma habitual”.
De esta forma, ha evidenciado que en un estudio del “British
Journal of Sports Medicine” (2011) se observó que quienes hacían ejercicio
cinco o más días a la semana reducían el número de infecciones respiratorias,
como el resfriado común, en un 40 %.
“Si bien la mayoría de los estudios se centran en que las
personas sean activas físicamente y realicen ejercicio aeróbico —como caminar rápido,
correr o montar en bicicleta—, cada vez existen más trabajos que apuntan a los
beneficios que se pueden obtener de complementar lo anterior con entrenamientos
de fuerza de intensidad moderada”, ha afirmado la especialista.
La experta ha continuado su exposición explicando que
“sin embargo, se advierte de que los entrenamientos aeróbicos extremos y los
entrenamientos de fuerza que impliquen daño muscular —como levantar mucho
peso—, podrían no favorecer la función inmunitaria. Todo ello, dado que
cualquiera de estas actividades más largas e intensas, mantenidas en el tiempo,
puede causar un estrés en el organismo que podría conducir a una disminución de
la función inmunitaria”.
¿Qué tipo de ejercicio es aconsejable?
La médico rehabilitadora ha subrayado que “es importante
destacar que el ejercicio terapéutico personalizado es una de las herramientas
clave por su efectividad que utilizamos los especialistas en Rehabilitación” y
ha hecho hincapié en que “la prescripción de ejercicio siempre debe ser
personalizada para cada persona y adaptada según la evolución y enfermedades
que pueda presentar. En determinados casos por patología asociadas, factores de
riesgo cardiovascular o inactividad prolongada será necesaria una valoración
médica previa para realizar una prescripción médica de ejercicio
individualizada y segura“.
“Sin embargo, existen unas recomendaciones generales para
la población general por parte de la OMS que incluyen minimizar el sedentarismo
a través de una actividad física ligera a lo largo del día, además de realizar
ejercicio aeróbico cinco días a la semana, de 30 a 60 minutos cada día, con una
intensidad moderada, junto con ejercicio moderado de fuerza dos o tres días a
la semana”.
Por último, ha insistido en que “el ejercicio debe ser
siempre adaptado a cada persona y esto incluye sus preferencias, ya que es
clave la adhesión a largo plazo. Es por ello que el ejercicio aeróbico se puede
realizar de diferentes maneras: caminar rápido, andar en bicicleta, correr,
bailar… Y lo mismo ocurre con el ejercicio de fuerza, que se puede realizar sin
necesidad de usar material (con el peso del propio cuerpo), con cintas
elásticas, mancuernas, máquinas… Para realizar ejercicio no es necesario
disponer de material en casa ni acudir al gimnasio”.
“Aunque otros hábitos de estilo de vida, como comer
saludablemente (evitar platos altamente procesados, alcohol, etcétera), no
fumar, controlar el estrés, garantizar un buen descanso y otros, ayudan a
reducir el riesgo de enfermar, el ejercicio es, desde luego, uno de los hábitos
más poderosos que las personas puede adoptar para reforzar el sistema
inmunitario”, ha concluido.
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