(AZprensa) A lo largo de más de 40 años como periodista sanitario he asistido a la lucha constante de los médicos –tanto a nivel individual como a nivel de sus corporaciones científicas y colegiales- por defender el acto médico que exigía ser presencial, con tiempo necesario para explorar al paciente, tocarlo, verlo de cerca. Y ahora ¿en qué ha quedado todo eso?
Tanto atacar durante todos estos años a los que pretendían atender a los pacientes por teléfono para ahora, agachar la cabeza, doblegarse al poder, y consentir que las consultas médicas sean por teléfono. Y por teléfono no se puede explorar al paciente, ni por supuesto tocarlo, y es muy difícil diagnosticar. Por consiguiente si no se diagnostica acertadamente se pone en riesgo la salud del paciente. Eso es –precisamente- lo que se está haciendo ahora: poner en riesgo la salud del paciente.
También, a lo largo de los años, todos los profesionales sanitarios y sus órganos científicos y colegiales, han insistido en la necesidad de una medicina individualizada. “No hay enfermedades, sino pacientes” decían, añadiendo que cada paciente ha de ser tratado individualmente porque la medicación que puede ser buena para uno puede no serla para otro aunque tenga la misma enfermedad. Insistían en que “todos los medicamentos (y vacunas) tienen riesgos” y en que “siempre hay que valorar para cada paciente individual el balance riesgo/beneficio” y ningún medicamento (o vacuna) debe administrarse sin antes haber valorado el estado de salud de cada paciente en concreto.
¿Y qué pasa ahora? Los médicos y sus organizaciones han agachado la cabeza, se han doblegado al poder, y tragan con la imposición de “vacunas para todos” sin que se evalúe en cada paciente el balance riesgo/beneficio que le puede reportar. Y, por supuesto, siendo la atención a los pacientes por teléfono, difícilmente se van a poder prescribir los medicamentos adecuados a cada paciente en concreto ni se va a poder evaluar el balance riesgo/beneficio de cualquier medicamento que se recete a cada paciente.
¿Qué tienen que decir ahora los médicos? ¿Desmontar con nuevos argumentos todo lo que habían estado defendiendo ellos mismos durante décadas o simplemente callar y obedecer las consignas del Gobierno?
Nota.- El presente artículo se refiere a los médicos que ejercen el la Sanidad pública. Afortunadamente en la privada se sigue atendiendo a los pacientes como es debido, aunque las aseguradoras médicas hayan abierto también la opción adicional y voluntaria de la atención telefónica.
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