domingo, 16 de enero de 2022

¿Debate o lavado de cerebro?

(AZprensa) 
No sé si os habréis dado cuenta de un hecho sorprendente en nuestra televisión (en todos los canales) y en general en cualquier medio de comunicación: la radical transformación de los “debates”.
 
Hace años había en la televisión y en los más diversos foros públicos eso que se llamaba “debates” sobre temas de interés, de actualidad o polémicos. Se invitaba a varias personas, todas ellas conocedoras del tema pero con puntos de vista completamente diferente unas de otras. Llegado el momento del debate, el presentador iba concediendo los turnos de palabra y cada cual –cuando llegaba su turno- explicaba su punto de vista. Después, una vez escuchados todos, cada cual intentaba rebatir los argumentos de los demás a base de argumentaciones que certificasen la veracidad de los suyos. Al final, el presentador hacía un resumen de todo lo que se había expuesto y argumentado allí y dejaba, siempre, que fuese el espectador quien sacase sus propias conclusiones.
 
¡Qué diferencia! ¡Si hasta parece ciencia-ficción cuando ahora lees el párrafo anterior! ¿Quieres que te refresque la memoria y te diga cómo son los debates de hoy en día en cualquier televisión, foro o medio de comunicación español? Atiende:
 
Se elige un tema sobre el cual se quiera imponer a la población el pensamiento único. Se invita a varias personas (no tienen por qué ser ni conocedores del tema ni expertos). Todos ellos tendrán la misma opinión (diferenciada sólo con leves matices) sobre el tema objeto de debate. Cada cual dará su opinión, que será la misma en todos los casos. Nadie rebatirá a los demás, sino que simplemente apostillará “pues yo también…” o algo similar que no haga sino reforzar la idea preconcebida. No habrá nadie que opine diferente, ni que lleve la contraria, ni que argumente en contra. El presentador irá dando el turno de palabra, el cual no respetarán sus invitados y lo habitual será que hablen todos al mismo tiempo. Finalmente, el presentador resumirá que todos los “expertos” invitados a ese “debate” están de acuerdo y por lo tanto esa es la opinión que debemos asumir todos. Y por supuesto, esa opinión unánime de dichos “expertos” coincidirá plenamente con lo que dictan a la población desde el Gobierno.
 
Ahora compara. La descripción primera y esta última. ¿No te habías dado cuenta que todo lo que hay ahora y que llaman “debates” no son en realidad más que programas de “lavado de cerebro”. ¿Dónde está la discrepancia? ¿Dónde está el contraste de opiniones? ¿Dónde están las argumentaciones con fundamento realizadas por conocedores del tema?
 
Y un pequeño apunte al final. Alguna vez el presentador comete la imprudencia de hacer en directo una conexión para que opine a distancia otra persona que se supone sabe del tema, pero entonces esa persona les sale rana y comienza a argumentar en contra de la idea que se quiere imponer desde ese medio. ¿Qué sucede entonces? Haz memoria, seguro que lo has vista más de una vez: El presentador corta la conexión y deja a ese invitado con la palabra en la boca, lo descalifica y vuelve a dar la palabra a los presentes para que insistan nuevamente en qué es lo que todos debemos creer.
 

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