viernes, 13 de julio de 2018

La espuma de embalaje y aislamiento ataca a la capa de ozono


(AZprensa) Aunque en el año 2010 se prohibió la utilización de CFC-11 al demostrarse que estos gases perjudicaban a la capa de ozono, no todos los países han acatado esta prohibición y uno de ellos es China. En el gigante asiático se siguen utilizando, sobre todo para la espuma de relleno en los embalajes y a modo de aislamiento en la construcción de edificios, al ser más barato que otros métodos. Aunque China no había querido reconocerlo abiertamente, una investigación internacional llevada a cabo en diez lugares diferentes de aquel país han encontrado que sí se sigue utilizando para la producción de esta espuma ya que, como reconocen los fabricantes, “es de mejor en calidad y más barato que otros materiales que sirven para el mismo propósito”.

El CFC-11 hace que la espuma se hinche y llene los lugares donde se bombea, tanto si se trata de moldes para el embalaje como en los espacios de relleno en las paredes de los edificios para lograr un mejor aislamiento y ahorrar en calefacción, pero los gases que se liberan en este proceso son dañinos para la capa de ozono que protege nuestro planeta frente a los rayos cósmicos.

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