(AZprensa)
Si consultamos el vademécum el principio activo “atorvastatina” veremos que nos
salen más de cien opciones y a pesar de ello aún hay laboratorios farmacéuticos
que se animan a lanzar al mercado su propia atorvastatina. Surge el problema
entonces de diferenciarla de las demás, y ahí el pequeño laboratorio Qualigen,
ha tirado de imaginación para conseguir que su atorvastatina sea diferente.
¿Y
cómo lo han conseguido? Muy sencillo: haciendo que su atorvastatina se presente
en los comprimidos más pequeños del mercado (aunque los demás tampoco es que
sean muy grandes), y para que esta característica se vea no solo como un signo
diferenciador sino también como una ventaja, destacan que gracias a eso se “favorece
la adherencia al tratamiento al facilitar su toma al paciente”.
Pero
también tiran de imaginación a la hora de presentar características
diferenciadoras y ventajosas para los farmacéuticos: también su caja es la más
pequeña de todas las atorvastatinas y gracias a ese envase que es “el más
compacto del mercado” se “optimiza su almacenamiento y reduce su
impacto medio ambiental al generar menos residuos”.
Total:
El médico más contento porque el paciente seguirá más a gusto el tratamiento;
el paciente más contento porque tragará mejor los comprimidos; el mayorista y farmacéutico
más contentos porque les ocupará menos espacio en las estanterías; y todos los
demás mortales más contentos porque se generarán menos residuos y se
contribuirá así a que no se deteriore tanto el medio ambiente.
Con
tanta imaginación, el que no se contenta es porque no quiere.
1 comentario:
Todas las estatinas tienen nefastos efectos secundarios. Lo digo por experiencia.
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