(AZprensa)
Hace poco todos los medios de comunicación se hacían eco de una noticia: varios
lotes del antihipertensivo valsartán se habían tenido que retirar del mercado
al detectarse en varios lotes unas “impurezas probablemente carcinogénicas”.
Las autoridades sanitarias alertaban de la necesidad de acudir al médico para
que cambiase el tratamiento pero insistiendo en que bajo ningún concepto debía
suspenderse este. La verdad es que eran muchos los laboratorios que
comercializaban este producto: Alter, Normon, Cinfa, etc. Y los medios de
comunicación se explayaron a su gusto alertando a la población, acto seguido de
lo cual, los tertulianos, blogueros, comentaristas, etc., redoblaron sus
críticas a la industria farmacéutica mientras –como siempre- los laboratorios
farmacéuticos callaban.
Pero
¿qué pasó después? Lo primero que gracias a las rigurosos controles de
fabricación que tiene la industria farmacéutica, este problema se detectó de
inmediato, siendo muy pocos lotes los que se distribuyeron en el mercado; lo
segundo que gracias a la perfecta organización de la cadena de distribución y
venta (mayoristas y farmacias) dichos lotes se retiraron de inmediato; lo
tercero que ese riesgo era mínimo; lo cuarto que el laboratorio fabricante sólo
tuvo que hacer un pequeño cambio en el proceso de fabricación para solucionar
este riesgo que tanta alarma ha causado; y quinto: que ningún medio de
comunicación ha dicho nada de lo que acabamos de narrar en el presente párrafo,
es decir, los medios de comunicación y comentaristas se han hartado de alarmar
a la población y atacar a los laboratorios pero se han callado y no han dicho
ni pío sobre el alcance real de este “ínfimo riesgo”, ni de su nula incidencia real
en la salud de los pacientes, ni de las medidas adoptadas para solucionarlo de
inmediato.
Quede
claro, pues, que la contaminación por la impureza detectada (Nnitrosodimetilamina,
NDMA), fue "ínfima" y el fabricante del principio activo que provee
del fármaco a muchos laboratorios, Zhejiang Huahai Pharmaceutical, siguió todos
los protocolos de seguridad. De hecho, fue ese propio laboratorio, uno de los
principales fabricantes a nivel mundial de este principio activo, quien
advirtió de las impurezas del producto a las autoridades europeas, cumpliendo
con el control de seguridad, y laboratorios, mayoristas y farmacias actuaron
con una ejemplar celeridad y eficacia.
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