(AZprensa)
Un estudio realizado hace unos años en farmacias por el grupo de Investigación
Farmacéutica de la Universidad de Granada, demostraba que casi cuatro de cada
cinco personas (78,42%) eligen automedicarse a la hora de tratar sus dolencias
bucofaríngeas. Un hecho que pone de manifiesto la importancia del papel que el
farmacéutico juega a la hora de dispensar los tratamientos, ya que en el 37% de
las intervenciones éste proporcionó algún tipo de educación para la salud y
sólo en el 6,51% de las ocasiones derivó el paciente al médico.
Estos
datos resaltan la importancia que tiene la consulta en farmacia a la hora de
tratar las dolencias bucofaríngeas, entre las cuales destaca el dolor de
garganta como la más consultada (70,8%), seguida por las afonías (24,9%) y las
aftas (10,1%).
Es
evidente, pues, que la gente está visitando a los farmacéuticos con más
frecuencia para ciertas dolencias y el rol del farmacéutico está en aumento, lo
cual refuerza la necesidad de preparación del profesional farmacéutico para
detectar automedicaciones innecesarias, aportar al paciente la información
adecuada para realizar un correcto proceso de uso del medicamento y/o para
detectar sospechas de resultados negativos asociadas a la medicación.
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