(AZprensa)
Aunque el público está cada vez más concienciado sobre la resistencia a
los antimicrobianos, sigue habiendo una
serie de conceptos erróneos frecuentes sobre la naturaleza de estas resistencias
y el uso de los antibióticos:
1.-
Los antibióticos son eficaces contra todas las enfermedades infecciosas
¡Falso!
Los antibióticos actúan únicamente sobre bacterias que son sensibles a ellos y
éstas son cada vez más resistentes a los tratamientos habituales.
2.-
La resistencia a los antibióticos se produce cuando el cuerpo se hace
resistente a los antibióticos
Se
trata de un error frecuente; en realidad, son las propias bacterias las que
pueden desarrollar resistencia al tratamiento habitual, no el cuerpo humano.
3.-
Una buena práctica consiste en dejar de tomar antibióticos en cuanto me
encuentre mejor, para reducir al mínimo el riesgo de resistencia
Por
el contrario, es importante que siga los consejos de su profesional sanitario y
mantenga el tratamiento con antibióticos durante el tiempo prescrito, aunque se
sienta mejor. Esa es la mejor manera de evitar que las bacterias se vuelvan
resistentes al antibiótico y de asegurarse de no volver a enfermar.
4.-
La resistencia a los antibióticos es solo un problema para las personas que
toman antibióticos con frecuencia
Eso
no es cierto. Aunque el cumplimiento estricto de las instrucciones sobre el uso
de antibióticos reduce el riesgo, cualquier persona puede infectarse por
bacterias multirresistentes. Esto se debe a que las bacterias o los patógenos
cambian y encuentran formas de resistir los efectos de los antibióticos. Este
proceso de adaptación provoca resistencia a los antibióticos.
5.-
No hay nada que yo pueda hacer para detener la propagación de las resistencias
a los antibióticos
¡Falso!
Todos podemos contribuir a la lucha contra las resistencias a los antibióticos,
desde el sector farmacéutico hasta los responsables políticos y el público en
general. Usted puede contribuir en la lucha contra la resistencia teniendo una
buena higiene, manteniendo el calendario de vacunas al día y tomando siempre
los antibióticos exactamente como se los prescriban los profesionales
sanitarios.
6.-
Vivo en un país donde la resistencia a los antibióticos no es un gran problema,
por lo que no tengo que preocuparme
Esto
no es así; la globalización ha aumentado la propagación de las resistencias a
los antibióticos, por lo que es un problema independientemente del lugar donde
viva cada uno.
7.-
Las vacunas no ayudan a prevenir la diseminación de las resistencias a los
antibióticos
¡Falso!
Usted puede contribuir activamente a la prevención de las resistencias a los
antibióticos manteniendo al día sus vacunaciones y las de su familia. Los
expertos coinciden en que las vacunas desempeñan un papel fundamental en el
arsenal disponible para combatir dichas resistencias. Las vacunas se
administran para ayudar a prevenir la aparición de infecciones, lo que de forma
natural reduce el uso de antibióticos.
8.-
No hay problema con tomar antibióticos que se hayan prescrito a otra persona
Eso
no es cierto. A los pacientes se les prescriben antibióticos para infecciones
concretas, por lo que es posible que un antibiótico prescrito para una persona
no funcione para otra. Debe acudir a su médico de atención primaria si se
encuentra mal, para que, si lo considera oportuno, le pueda prescribir los medicamentos
adecuados.
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