Mito 1.- Tengo ciclos
espontáneos, por tanto, ovulo.
Los
ciclos menstruales sin ovulación se producen a menudo en mujeres
pre-menopáusicas, con una baja reserva de óvulos en los ovarios, pero también
pueden ocurrir en mujeres jóvenes con ovarios poliquísticos. En ambas
condiciones la mujer necesita una evaluación ginecológica y una eventual acción
terapéutica en caso que quiera quedar embarazada.
La
presencia de un ciclo menstrual espontáneo no es una prueba de ovulación. Los
estrógenos producidos por los folículos ováricos estimulan el crecimiento del
endometrio incluso si ninguno de los folículos llega a ovular. En la ausencia
de la ovulación no se producen progestágenos y el endometrio no sería capaz de
acoger un embrión. Pero eso no impide que, más o menos tarde, el endometrio se
"canse" bajo el efecto prolongado de los estrógenos y se evacua
mediante una menstruación cómo si fuera un ciclo natural completo. Estos ciclos
"anovulatorios" suelen ser algo menos regulares que los ciclos
ovulatorios, pero incluso la presencia de ciclos menstruales más o menos
normales no son una prueba de la ovulación.
El
ciclo menstrual es una consecuencia directa de un ciclo de secreción de
hormonas por los ovarios. En la primera fase del ciclo, entre la menstruación y
la ovulación (liberación del óvulo maduro del ovario), uno de los folículos
ováricos (cavidades que albergan los óvulos) crece por encima de los demás,
convirtiéndose en "el folículo dominante" que liberará su ovulo unos
14 días después del inicio de la menstruación. Las hormonas producidas por el
folículo dominante (estrógenos)
promueven el crecimiento del revestimiento interno del útero (endometrio). Después de la ovulación, el
folículo dominante se convierte en una estructura llamada "cuerpo
lúteo". El cuerpo lúteo produce, a parte de los estrógenos, un otro tipo
de hormonas (progestágenos) que preparan el endometrio para la anidación del
óvulo fecundado (embrión preimplantacional). En caso de una anidación exitosa,
el embrión recién implantado produce una hormona (beta-HCG) que mantiene activa
la actividad secretoria del cuerpo lúteo. Si la anidación (implantación) no se
produce, el cuerpo lúteo regresa y deja de producir los estrógenos y los
progestágenos, por lo cual el endometrio degenera y se evacua mediante una
menstruación, completando así el ciclo. En las mujeres menopáusicas, no hay ni crecimiento de un folículo
dominante, ni secreción coordinada de los estrógenos y los progestágenos, por
lo cual el endometrio no crece y el ciclo menstrual desaparece, a menos que se
utilicen terapias hormonales sustitutivas para sostenerlo.
Mito 2.- La calidad de mis óvulos
se puede predecir por valores hormonales en la sangre.
Trabajos
de investigación para desarrollar métodos de evaluación de la calidad de óvulos
mediante una biopsia líquida (evaluación del ADN libre circulante en la sangre)
están en marcha. Sin embargo, estas técnicas no están aún disponibles en la
rutina, aunque, supuestamente, su aplicación clínica no va a tardar mucho.
La
evaluación de la reserva ovárica de óvulos mediante la determinación de la
concentración de la hormona antimulleriana (AMH) informa sobre todo de la
cantidad de los óvulos presentes. La calidad de cada óvulo depende
esencialmente de la edad actual de la mujer. Así que la reproducción asistida
puede funcionar bien en mujeres jóvenes con valores extremamente bajos de AMH.
Por otro lado, en mujeres de edad relativamente avanzada los valores bajos de
AMH están asociados con resultados menos buenos en comparación con las mujeres
de la misma edad pero con los valores de AMH más altos. Sin embargo, la edad
“biológica” de una mujer no siempre corresponde a su edad de pasaporte. Por
esta razón se están desarrollando los métodos de biopsia líquida (mencionados
arriba) como una herramienta más exacta y personalizada que la simple edad de
la mujer.
Mito 3.- Los fracasos de
implantación embrionaria y abortos espontáneos están siempre causados por una
baja calidad de los óvulos
Una
baja calidad de los óvulos es la causa más frecuente de fracasos de implantación
y abortos espontáneos, sobre todo en mujeres de edad relativamente avanzada.
Sin embargo, sería un error echar toda la culpa a los óvulos sin evaluar otras
posibles causas. Este error puede llevar a la recomendación precipitada de la
donación de óvulos a las mujeres con fracasos repetidos de implantación o
abortos espontáneos previos. Sin embargo, si el problema principal no era en
los óvulos, la tentativa de donación de los óvulos llevará también a un
fracaso.
A
parte los factores atribuibles a los óvulos, los fracasos de la reproducción
asistida y abortos espontáneos pueden ser causados por una fragmentación del
ADN de los espermatozoides, anomalías del revestimiento interno del útero
(pólipos, adherencias, adenomiosis), anomalías endocrinas de la mujer (hormonas
de la glándula tiroidea, insensibilidad a la insulina, hyperandrogenismo,
hiperprolactinemia), incompatibilidades inmunológicos (receptores de las
células NK de la mujer y los antígenos HLA del hombre), anomalías de la
coagulación sanguínea, anomalías del metabolismo de las hormonas esteroides o
infecciones del tracto genital masculino o femenino. Todos estos factores
posibles tienen que ser evaluados mediante las técnicas pertinentes y, en caso
de su detección, tratados adecuadamente para evitar la repetición de los
fracasos de reproducción asistida, sea con los propios óvulos de la paciente o
con óvulos de una donante.
Mito 4.- En caso de FIV es
preferible alargar el cultivo durante 5 días para mejorar los embriones.
La
permanencia de los embriones en el medio de cultivo no aumenta su vitalidad.
Más bien ocurre lo contrario. El cultivo prolongado puede tener sentido si se
trata de distinguir entre embriones completamente sanos y los que presentan
diferentes tipos de anomalías. En casos de disponibilidad de muchos embriones,
la selección de embriones mediante cultivo largo (5 días) puede aumentar la
probabilidad de embarazo para las parejas que desean la transferencia de un
solo embrión, con el fin de eliminar el riesgo de mellizos. Sin embargo, en
casos en los cuales el número de los embriones disponibles está limitado, el
cultivo prolongado puede resultar contraproducente, ya que algunos embriones
debilitados, pero luchando por su supervivencia, pueden dar un embarazo después
de ser transferidos al día 3 de su desarrollo, pero no pueden sobrevivir hasta
el día 5 en las condiciones in vitro, menos favorables que el ambiente
intrauterino. Consecuentemente, el interés de alargar el cultivo de los
embriones hasta el día 5 tendría que ser evaluado caso por caso y después de
explicar a la pareja su situación, tomando en cuenta tanto los factores
biológicos como las preferencias personales de los pacientes.
Mito 5.- El diagnóstico genético
preimplantacional de anomalías cromosómicas reduce la probabilidad de aborto
espontáneo.
Los
resultados recientes, publicados por varios grupos de investigadores de
prestigio, coinciden en que esto no es el caso, por lo menos con los métodos
actualmente en uso que tienen una tasa inaceptable de resultados falsos
positivos y falsos negativos. En casos con el número limitado de embriones
disponibles, una destrucción de un embrión normal, diagnosticado erróneamente
como anormal, puede quitar a la pareja su última oportunidad de procrear con
sus propios óvulos antes del recurso a la donación. Trabajos de investigación
para desarrollar nuevas técnicas de diagnóstico preimplantacional, más exactas
y menos invasivas, están en marcha.
Mito 6.- Tengo síntomas de
premenopausia. No me quedan más remedio que la donación de óvulos.
Aunque
la donación de óvulos suele ser más eficaz en mujeres con premenopausia, una
tentativa de reproducción asistida con sus propios óvulos puede resultar en
embarazo incluso en esta categoría de mujeres. Los resultados son mejores en
las mujeres con una premenopausia precoz (más jóvenes), en comparación con la
premenopausia natural (mujeres más mayores). En cualquier caso, la probabilidad
de éxito de la reproducción asistida utilizando los óvulos propios de las
mujeres con premenopausia se puede predecir, caso por caso, con una relativa
alta precisión. La decisión final tiene que ser tomada por cada pareja, según
sus preferencias personales, y después de recibir una información exhaustiva
por parte del médico.
Mito 7.- Mis testículos no producen
espermatozoides. No tengo más remedio que acudir a la donación de esperma.
Falso.
La técnica de fecundación mediante la técnica llamada ROSI (round spermatid
injection) que consiste en la inyección en los óvulos de espermátidas redondas,
el estadio de desarrollo inmediatamente precedente el de los espermatozoides,
es disponible desde el año 1995. Según una publicación reciente, 90 niños han
nacido en Japón y 17 en España, sin detectar ninguna anomalía atribuible a esta
técnica de reproducción asistida. El único problema de ROSI es su relativamente
baja eficacia (tan sólo 3-8% de embarazos por tentativa, dependiente de la edad
y fertilidad de la mujer). Muchas parejas optan por la fecundación de una parte
de óvulos mediante ROSI, para transferir inmediatamente en el útero, y la otra
mediante ICSI con esperma de donante para congelar y utilizar en el futuro en
caso del fracaso de ROSI. Trabajos de investigación están en marcha para
mejorar la eficacia de ROSI y para extender la posibilidad de procrear con su
propio material genético a los hombres cuya producción de espermatozoides está
bloqueada antes de llegar al estadio de espermátida redonda.
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