(AZprensa)
Después de la alarma generada en torno a la pandemia de gripe A o gripe aviar,
y a los millones de dosis (y euros) comprados para vacunar a los ciudadanos,
resulta que las compras fueron muy superiores a la demanda real y todos los
lotes que han permanecido almacenados y sin uso han terminado por caducar. Por
eso ahora la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha
informado que los lotes de 30, 45 y 75 mg de Tamiflu que fueron adquiridos por
este motivo y permanecían en los almacenes del ministerio de Sanidad, han
caducado y hay que proceder a su destrucción.
Lo
mismo ha ocurrido con todos los lotes de Relenza que fueron adquiridos dentro
del plan de preparación de pandemia contra la gripe A. En este caso, se trataba
de polvo para inhalación, predispensado en dosis de 5 mg. Como la mayor parte
de esas compras no llegaron a utilizarse, han permanecido debidamente
almacenados (temperaturas de 25ºC y un 60 por ciento de humedad), hasta que ha
vencido igualmente el periodo de validez y ahora también hay que destruirlos.
Un
magnífico ejemplo de previsión y gestión de nuestros políticos, aunque –eso sí-
para alegría de los laboratorios fabricantes.
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