lunes, 12 de noviembre de 2018

Si es tan fácil y barata, ¿por qué no se hacen más espirometrías?


(AZprensa) La espirometría consta de una serie de pruebas respiratorias sencillas para medir la capacidad pulmonar, pero esa misma sencillez hace que no se extreme el cuidado a la hora de hacerla y por consiguiente no se realice correctamente o simplemente no se realice.

En realidad, el problema principal de las espirometrías es la técnica de realización, ya que la interpretación de resultados es sencilla. Los errores más frecuentes se producen durante la realización y suelen estar relacionados con la escasa duración de la maniobras, con una terminación brusca y también con el retraso en el inicio de la maniobra. Para evitar estos errores, el técnico que realiza la espirometría debe animar al paciente y controlar en todo momento la correcta colaboración para obtener curvas reproducibles y aceptables que den unos resultados que puedan ser interpretados.

A través de la espirometría se puede diagnosticar la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una enfermedad que provoca insuficiencia respiratoria y se caracteriza por periodos de empeoramientos agudos que se denominan exacerbaciones. Dichas exacerbaciones provocan en el paciente una pérdida acelerada de su función pulmonar y un peor pronóstico de su enfermedad.

El médico de Atención Primaria debe ser capaz de manejar estas exacerbaciones no solo cuando se presenten sino también hacer todo lo posible para prevenir su aparición. Consiguiendo de esta manera que el paciente tenga una mejor calidad de vida y un mejor pronóstico. La espirometría, debería ser una práctica habitual en las consultas de Atención Primaria.

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