jueves, 29 de noviembre de 2018

Sábanas mojadas: cualquier cosa antes que la indiferencia


(AZprensa) Entre los cinco y seis años de edad, todo niño debería controlar fisiológicamente sus esfínteres y dejar de mojar la cama por las noches, por eso, es a partir de ese momento, cuando se considera que el niño sufre enuresis. Retraimiento social, baja autoestima, vergüenza, bajo rendimiento escolar, pesadillas o ansiedad, son algunas de las consecuencias de esta patología, por eso los especialistas insisten en la importancia del abordaje temprano de la enuresis, a fin de prevenir posteriores alteraciones psicológicas.

Según una encuesta del Instituto de investigación Core Research, sobre 1.665 padres de niños entre cinco y 12 años, tan solo el 40,7% de aquellos cuyos hijos sufren enuresis nocturna, consideran que la enfermedad de sus hijos es un problema. A pesar de que los niños lo refieren como uno de los acontecimientos más traumáticos y penosos y puede tener consecuencias a largo plazo.

Para los expertos la falta de información de los padres y de sensibilidad hacia el problema revelan la imperiosa necesidad de concienciarles sobre la importancia y consecuencias de este desarreglo pues, en muchas ocasiones, se mantiene oculto sin diagnosticar, porque los padres, las propias familias, lo consideran un tema tabú, y le quitan importancia al pensar que se solucionará con la edad, sin tener en cuenta que se trata de un problema de salud con importantes implicaciones en la vida del niño.

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