lunes, 6 de febrero de 2023

Ejemplos de cómo los medicamentos de uso humano pueden dañar a tu mascota

(AZprensa) Los medicamentos de uso humano, tales como comprimidos, jarabes, aerosoles hormonales, pomadas a base de cortisol o analgésicos, pueden tener importantes repercusiones en la salud de los animales de compañía.
 
Es importante resaltar que el metabolismo de las mascotas es diferente, lo que hace que los tiempos de tolerancia o eliminación de los medicamentos sea muy distinto, por lo que la “automedicación” es un riesgo de consecuencias potencialmente letales.
 
Una de las causas principales de ingreso de las mascotas es a consecuencia del uso de antiinflamatorios no adecuados para las mascotas, bien por toxicidad directa, bien por sobredosis, generando importantes lesiones, digestivas, renales, hepáticas y/o sanguíneas, en ocasiones irreversibles.
 
En el Hospital Veterinario AniCura Vetsia, nos dan varios ejemplos que ilustran perfectamente este problema:
 
“Una hembra castrada de dos años que ingirió 21 comprimidos de ibuprofeno pediátrico de 100 mg. Aunque no presentaba signos clínicos y la exploración física fue sin alteraciones, se le debió inducir el vómito con apomorfina y debió permanecer ingresada un día”.
 
“A un Teckel de 6 años, tras la ingestión de un comprimido de un gramo de Paracetamol de uso humano, hubo que inducirle el vómito y estuvo hospitalizado 24 horas”.
 
Pero ¡ojo! que no sólo la ingestión de medicamentos supone un riesgo. El contacto prolongado con determinados medicamentos puede derivar en problemas de salud en nuestras mascotas.
 
“Un ejemplo de ello es el caso de una pomada a base de cortisol, que se administraba una cuidadora en la piel, y que ha sido identificada como causa de síndrome de Cushing en un perro, al que le ha provocado alopecia, sed, necesidad de orinar, hambre y abdomen hinchado”.
 
“Si la dueña de una mascota utiliza, por ejemplo, un fármaco a base de estrógenos, en aerosol, utilizado a menudo para tratar los síntomas de la menopausia, la exposición prolongada a esta sustancia puede producir hiperestrogenismo, lo que llega a derivar en algunas mascotas en anemia y el posterior fallecimiento del animal”.
 
En definitiva, no hay que dar medicamentos de uso humano a las mascotas, ni tampoco exponerlos a los medicamentos (cremas, aerosoles, etc., que tomemos y que de forma secundaria, por la proximidad y/o el contacto, puedan afectar también a nuestras mascotas.
 

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