Si no hay delitos ¿para qué hacen falta leyes?

(AZprensa) Eso es lo que piensan en Islandia, un país en donde a falta de delitos se han dado cuenta que no es necesario que sigan vigentes muchas leyes que se habían promulgado en el pasado. Por ejemplo, hace tan sólo cinco años se derogó una ley del año 1940 por la que se castigaba con multas y varios meses de cárcel a todo aquél que blasfemase, insultase o se burlase de cualquier religión. Esa ley ya ha sido abolida y por lo tanto… ¿pueden los islandeses burlarse de las religiones? Legalmente sí que pueden hacerlo puesto que no está penado, pero no lo hacen porque tienen educación y respeto. A nadie se le ocurre menospreciar, insultar o hacer mofa de cualquier religión o de los sentimientos religiosos de otros ciudadanos.
 
Pero ¿qué pasa en España? En nuestro país sí que existe una ley que castiga a quienes profieran insultos o hagan menosprecio o burla de otras religiones; es la que está recogida en el artículo 525 del Código Penal y está en vigor. Ahora bien, ¿cuál es el resultado?
 
El resultado no puede ser más triste: Muchos ciudadanos siguen burlándose de la religión católica, haciendo mofa y escarnio del sentimiento religioso de millones de creyentes. Desde el Gobierno se hace la vista gorda e incluso se les dirigen sonrisas cómplices, y ninguno de esos actos es castigado.
 
Pero además, esos “valientes” que atacan a la religión católica no dicen ni “mu” cuando se trata de otras religiones. Se profesan ateos y se burlan de la religión católica, pero agachan la cabeza y se humillan ante el Islam por una sencilla razón: Los católicos callan o protestan tímidamente antes esos ataques, mientras que de producirse estos contra el Islam quienes lo hiciesen estarían irremediablemente condenados a muerte. Por eso son tan “valientes” y sólo atacan a la religión católica.
 
En resumen, vemos cómo en un país avanzado (Islandia), en donde sus ciudadanos tienen educación y respeto, todas las creencias religiosas son respetadas aunque no sean compartidas, y aunque no está castigado burlarse de ellas, a nadie se le ocurre hacerlo; vamos, es que ni se les pasa por la imaginación.
 
En cambio en España hay leyes contra quienes se burlan de las religiones, pero esas leyes no se aplican, y no sólo eso, sino que hasta el Gobierno da el visto bueno a esos ataques… siempre que vayan dirigidas a una religión en concreto (la católica) y a nadie se le ocurre atacar a otras religiones diferentes.
 

Un país en donde la educación y el respeto son su bandera.
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