(AZprensa)
Lo bautizaron como Oumuamua, que en hawaiano significa “el mensajero de lejos
que llega primero” y toda la comunidad científica quedó sorprendida por ese
curioso objeto de forma cilíndrica que se acercaba a nuestro sistema solar
procedente de otro sistema solar. Sorprendía su enorme velocidad (más de
300.000 km/h), su forma que parecía ser cilíndrica (algunos hablaron de nave
extraterrestre), y el hecho de que esa velocidad propia de los cometas, no
desprendiera una cola al acercarse al Sol; de ahí que se pensase en su
composición metálica y carente de hielo (más especulaciones en torno a tan
peculiar “nave espacial”) que, por otra parte tenía unas dimensiones propias de
“nave espacial”: 230 metros de longitud y 35 metros de diámetro.
Sin
embargo Oumuamua no prestó el más mínimo interés por nuestro sistema solar sino
que el 19 de septiembre del pasado año aceleró hasta los 315.400 Km/h escapando
a la atracción gravitacional del Sol para alejarse a toda velocidad de nuestro
entorno.
En
cuanto a su origen sigue siendo un misterio aunque se cree que su procedencia
puede estar en algún sistema de planetas gigantes con órbitas inestables, ya
que estos son los más propicios a la hora de expulsar estos cuerpos.
La
imagen que se adjunta es una recreación en “versión oficial” de cómo debía ser
este cuerpo, aunque del mismo sólo han podido determinarse dimensiones y
velocidad pero no ha podido apreciarse su forma real. Lo único que ha quedado
claro ha sido el desinterés que ha mostrado por nuestro sistema solar y por la
raza humana.
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