(AZprensa)
La imagen de una compañía, todo lo que es y representa, nos llega de forma
instantánea gracias a su logotipo; pero los tiempos y las modas cambian, por lo
que se hace necesaria –de vez en cuando- una remodelación. En este sentido, uno
de los logotipos más emblemáticos del mundo, como el de la farmacéutica Bayer,
también se ha vuelto a actualizar. La diferencia está en los
detalles: han desaparecido el degradado en los colores del círculo, lo que
proporciona una definición más clara a las líneas. Esto hace que resulte ideal
para su uso en un amplio abanico de medios digitales.
Como
se puede apreciar, desde que se sustituyeron los rebuscados escudos por la
simple cruz formada por la palabra Bayer, los cambios nunca han sido demasiado
importantes. En 1929 las letras, antes inclinadas, se enderezaron; en 1989 se
añadieron dos líneas azul y verde; y en 2002 esos colores se incorporaron al
círculo de la cruz.
El
logotipo no sólo está presente en sus medicamentos, papelería, presencia en
Internet, etc. Sino que también a lo largo y ancho del planeta, las cruces de
Bayer iluminan el cielo nocturno en 47 países. La cruz de Shanghái, por
ejemplo, tiene 11 metros de diámetro. Pero en la fábrica de Bayer en Leverkusen
luce la más grande de todas, con un diámetro de 51 metros, un peso de 300
toneladas y un total de 1712 lámparas.
Esta
es la historia del logotipo de Bayer
La
cruz de Bayer se inscribió oficialmente en el registro de marcas de la Oficina
Imperial de Patentes alemana hace 114 años, el 6 de enero de 1904, con el
número de serie 65777 y la referencia F 4777. A estas alturas ya no es posible
determinar con certeza su autor.
En
los archivos de la empresa figuran dos relatos diferentes sobre el origen del
logotipo. Según el primero, fue creado por Hans Schneider, un empleado del
departamento de investigación de Elberfeld. De acuerdo con el segundo, lo
diseñó un tal Dr. Schweizer, empleado de la filial de Nueva York. A finales del
siglo XIX, su trabajo consistía en impresionar a los médicos estadounidenses
con los productos alemanes. Como a los angloparlantes les resultaba difícil el
larguísimo nombre oficial de la empresa —«Farbenfabriken vormals Friedr. Bayer
& Co., Elberfeld»—, Schweizer creó un atractivo sello de empresa con la
cruz que se haría famosa. Inicialmente la usó como membrete para las cartas y,
más adelante, en impresos y folletos.
Este
logotipo sustituyó al original de Bayer, que mostraba un león de Berg de dos colas,
el animal heráldico de la región cuna de la compañía. El logotipo de la cruz
fue evolucionando y conquistó el mundo. Hoy en día está indisolublemente unido
al grupo Bayer, gracias sobre todo a una ingeniosa idea de marketing: A partir
de 1910, los comprimidos llevaban la marca grabada con el logo para protegerlos
de falsificaciones. Para los consumidores, esto hizo de la cruz de Bayer una
garantía de calidad.
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