(AZprensa)
Existe una creencia popular que considera a los establecimientos de farmacia
como un buen negocio, quizás porque a todas horas entran y salen clientes de
las mismas y por el precio de muchos medicamentos, aunque la financiación de la
Sanidad pública haga que el paciente pague sólo una pequeña parte. Pero el
informe “La línea roja de la rentabilidad de las farmacias españolas” realizado
por la asesoría especializada en farmacias, ASPIME, viene a desmontar este
mito.
En
realidad esa línea roja de rentabilidad a la que se refiere el informe, es
aquella por la cual los beneficios netos de la farmacia apenas cubren, o no lo
hacen, los costes directos ligados a la actividad y las cantidades salariales
que estipula el convenio colectivo de farmacias. Traducido esto a euros
significa que aquellas farmacias con una facturación anual inferior a 300.000
euros (incluyendo tanto la venta libre como la facturación a la sanidad
pública) tendrán unos beneficios anuales inferiores a 25.000 euros y por
consiguiente serios problemas de viabilidad, ya que su margen neto después de
impuestos se queda sólo en un 6,54 por ciento y apenas si pueden dedicar un uno
por ciento de lo facturado a inversiones necesarias para la adecuación y mejora
del negocio.
Y
por si alguien pensaba que esto afecta sólo a unas pocas farmacias, hay que
destacar que en esta situación se encuentran –por ejemplo- el 18 por ciento de
las farmacias españolas, concretamente aquellas situadas en determinados
entornos rurales e incluso en zonas urbanas con muy poca población.
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