(AZprensa) Este año no felicito la Navidad; ni siquiera
felicito las paganas “fiestas de invierno”. Este año no hay nada que celebrar.
El mundo que conocíamos ha terminado. Estamos al comienzo de una nueva era que
llaman “El Nuevo Orden Mundial”. Se acabó la libertad. No sólo nos dicen lo que
tenemos que hacer; también nos dicen lo que tenemos que pensar. Los poderes políticos
y económicos que dirigen el mundo han perdido la vergüenza y ya no disimulan. Limitan
nuestros movimientos; dictan con quién, cómo y cuándo podemos reunirnos; sólo
nos dejan la televisión e Internet como entretenimiento y lo utilizan para
lavar el cerebro e implantar el pensamiento único; se censura, ridiculiza y/o
persigue a quienes piensan o actúan de forma diferente… ¿Es esto un “mundo feliz”?
¿Hay algo que celebrar?
Al llegar estas fechas sólo puedo desearte tres cosas:
1.- Resignación para aguantar lo que se nos ha venido encima.
2.- Fortaleza de espíritu para que puedas seguir pensando por ti mismo.
3.- Y una muerte, lo más pronto posible, para que puedas recuperar de nuevo la libertad y la felicidad.
1.- Resignación para aguantar lo que se nos ha venido encima.
2.- Fortaleza de espíritu para que puedas seguir pensando por ti mismo.
3.- Y una muerte, lo más pronto posible, para que puedas recuperar de nuevo la libertad y la felicidad.
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