(AZprensa.
Fotos misteriosas) Tanto rusos como norteamericanos han enviado muchas sondas a
Venus, algunas de las cuales han logrado aterrizar y enviar información desde
su superficie. El caso más llamativo es el de la sonda rusa Venera-13 que
aterrizó en Venus en 1982. Bastantes años después, concretamente en 2012, un
reconocido astrónomo ruso, Leonid Ksanfomaliti, del Instituto de Estudios
Espaciales de la Academia de Ciencias de Rusia,
publicó un artículo en el que proponía revisar la información que se
tenía en relación a la posibilidad de vida en Venus. Exponía que, tras analizar
muchas de las fotografías obtenidas por esta nave encontró que sobre el suelo
(desierto rocoso sobre el que se había posado) había determinadas formas que
aparecían en unas fotos y no en las siguientes, así como otras formas que variaban
su posición de unas fotografías a otras... y esto podía sugerir que se tratase
de organismos vivos, de alguna especie de pequeños animales capaces de
sobrevivir en las inhóspitas condiciones de este planeta.
Estos
objetos o seres que se movían, tenían tamaños que oscilaban entre 10 y 50
centímetros y sus formas eran en un caso de un disco, en otro una especie de
parche negro y en otra algo alargada y que fue bautizada como “escorpión”. “Sin
discutir las ideas actuales de que la vida no es posible en las condiciones de
Venus, me atrevo a suponer que algunos de los objetos descubiertos, a juzgar
por su morfología, tienen rasgos de seres vivos” afirmó.
Sin
embargo, como todo lo que contradice o altera el “conocimiento oficial”, este
reputado astrónomo ruso fue desprestigiado y se tomaron a broma sus
aportaciones... aunque las fotografías están ahí y todo el que quiera pueda
verlas en Internet (aquí reproducimos una de ellas). Las interpretaciones, a
gusto del consumidor.
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