(AZprensa) La gripe es
la epidemia estacional invernal anual que más pacientes lleva a las consultas
de los médicos de familia, puesto que del 5 al 20% de la población puede
enfermar en una epidemia invernal normal, sin embargo, en casos de pandemia
—algo que sucede cada 20 o 30 años, cuando se produce un cambio genético mayor
en el virus—, la gripe puede afectar hasta al 50% de la población.
Aunque la gripe es una
enfermedad común, la semFYC (la federación de las 17 Sociedades de Medicina de
Familia y Comunitaria que existen en España y que agrupa a más de 19.500
médicos de familia) apoya la indicación de la vacuna antigripal entre las
personas mayores de 60 años; personas de cualquier edad que presenten una
condición clínica con alto riesgo de complicaciones como son los pacientes
crónicos y las mujeres gestantes; y entre aquellas que pueden transmitir la
gripe a individuos con alto riesgo (sanitarios, cuidadores o a los trabajadores
en servicios públicos esenciales), pues “son estos colectivos sobre los que hay
un mayor riesgo de complicaciones o los que pueden contagiarla a colectivos más
sensibles”, como explica Josep María Cots, coordinador del Grupo de Infecciosas
de la semFYC.
La semFYC reitera que “la
medida más eficaz para prevenir la gripe es la vacunación”, y esta debe hacerse
cada año ya que “el virus tiende a cambiar continuamente, y así evita la
inmunidad adquirida por el huésped; por ello la gripe es una enfermedad no
erradicable y hay que fabricar una vacuna distinta anualmente”.
Los especialistas
muestran también su preocupación por el auge de “las dudas sobre la
conveniencia de las vacunas o sobre su efecto beneficioso en la salud de la
población” que aparecen favorecidas por “las falsas creencias que son
aprovechadas sin ninguna base científica por los movimientos antivacunas”. En
este sentido, “la recomendación de los profesionales sanitarios es clave para
que las vacunas sean aceptadas por la población: es necesario reforzar la
formación sobre vacunas a los profesionales para implementar las
recomendaciones”.
Con cinco gestos bien
sencillos se pueden evitar muchos de los contagios:
1.- Lavarse las manos
con frecuencia con jabón o soluciones desinfectantes.
2.- Taparse la boca y
nariz al toser o estornudar con un pañuelo.
3.- Evitar el contacto
directo con un enfermo, y compartir sus utensilios.
4.- Ventilar las
estancias, y limpiar con más frecuencia las superficies de objetos en donde
hayan podido quedar secreciones contaminadas (pomos de puertas, barandillas,
etc.)
5.- Mantener una
alimentación variada y realizar ejercicio físico frecuente o diario, por su
relación con un mejor estado de salud e inmunidad.
La gripe está
producida por un virus del tipo ARN. Se transmite vía aérea por los aerosoles o
gotitas que se expulsan al hablar, toser o estornudar, o por contacto con las
mucosas en superficies contaminadas, al compartir utensilios de comida por
ejemplo. Puede contagiar desde 1 día antes hasta más de 1 semana tras el inicio
de los síntomas, siendo el periodo de incubación de 1 a 4 días.
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